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Exclusiva de Espejo público
El juez Andreu no cree que todos los gastos de las tarjetas black sean delictivos
El caso de las tarjetas black de CajaMadrid podría dar un giro de 180 grados a raíz de unos documentos a los que ha tenido acceso Espejo Público en exclusiva. El juez Andreu, encargado de las investigación, ha decidido hacer distinciones. No cree que todos los gastos que se realizaron con las black son delictivos.
El juez Andreu, encargado de las investigación, ha decidido diferenciar entre los gastos realizados con las tarjetas black. No cree que todos los gastos que se realizaron con estas tarjetas sean delictivos. El criterio que establece es el del horario. Si las operaciones realizadas se produjeron en la franja de entre las 8 de la mñana y las 7 de la tarde, pueden considerarse legales al estar dentro de la jornada laboral. Si, por el contrario, se realizaron en fines de semana o en las noches de la semana, éstas son marcadas de amarillo y rojo respectivamente y, por tanto, gastos consitutivos de delito.
Si analizamos la documentación paso a paso no todos los gastos que se realizan dentro de lo que el juez considera horario laboral, podrían enmarcarse dentro del apartado de compras de trabajo. Por ejemplo, Miguel Blesa gastó 800 euros en artículos de viaje y maletas a las 3 y media de la tarde y casi 700 euros en unos prestigiosos grandes almacenes. Pero no sólo eso, El extracto de su black señala que acudió, dentro de lo que el juez considera horario laboral a una de las joyerías más prestigiosas de Madrid y gastó en ella más de 2000 euros. Un gasto poco relacionado con su labor profesional pero que es considerado correcto al producirse a las 3 y media de la tarde.
Conocido es el gusto de José Antonio Moral Santín por llevar dinero en efectivo. Los movimientos de su black así lo reflejan. Retiradas de 300 euros con un margen de muy pocos días que el juez considera dentro de la normalidad de la profesión de direcrtivo. Rechaza dos más de 500 euros al producirse de noche pero acepta como legal un gasto de 400 euros en un parque temático y otra retirada de 1.000 euros en cash. De esta documentación del juez se beneficia también Rodrigo Rato imputado en el caso de las black. Y es que, el ex vicepresidente del gobierno podría justificar como gastos de representaciuón una factura de 463 euros en una discoteca a las 3 de la tarde, 5920 euros en una joyería a las 11:30 de la mañana, suscripciones a canales de televisión de pago y gastos casi semanales en tiendas de discos.
Cantidades que al ser consideradas como gastos de representación, relacionados con su trabajo, se restaría de la cantidad total por la que se les imputa. Si finalmente las cantidades son inferiores a 50.000 euros muchos de los directivos podrían quedar libres de cargos al poder pedir sus defensas una bajada de la prescripción del delito de 1 a 5 años. Y serían muchos, porque la mayoría de ellos usaron su tarjeta Black mucho antes del año 2010. Un vuelco total de un caso cargado de escándalo.
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