Conflicto
Se investiga si los padres que denunciaron a sus compañeros de piso por poner cristales en el potito de su hijo lo hicieron para quedarse de okupas
Claudia aseguraba en Espejo Público que desde que nació su bebé sus compañeros de piso le hacían la vida imposible. Sin embargo, el hombre que convive con ella mantiene ahora que se trata de una estrategia para seguir en el piso sin que puedan echarla.

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Con lágrimas en los ojos Claudia contaba en Espejo Público que había estado a punto de darle de comer a su bebé un potito con cristales. Aseguraba que habían sido sus compañeros de piso quienes los habían introducido en la comida. Según su relato, desde que había nacido su bebé la pareja con la que convivía en un piso de San Blas había comenzado a tener un comportamiento agresivo con ellos. Según ella, todo comenzó a partir de que la mujer perdiera el bebé que esperaba. A partir del aborto, habrían comenzado las agresiones hacia ellos y el bebé.
Sin embargo, la historia ha dado un giro y ahora se está investigando si los padres se han inventado esta historia para quedarse en el piso. Es decir que Claudia y su marido hubieran puesto los cristales, lo hubieran grabado y hubieran difundido el vídeo. Se investiga exactamente qué ha sucedido. El matrimonio acusado y los padres del bebé siguen viviendo en el mismo piso de San Blas.
"Todo es mentira, ¿cómo puede decir eso una madre de otra madre?"
William es el compañero de piso de Claudia. Cuenta que él era quien vivía en la casa con su familia y realquiló la habitación a la pareja de Claudia. El hombre le pidió que su novia se quedara con él unos días porque la habían echado del piso en el que vivía. No le dijo que su pareja estaba embarazada, lo que iba para unos días se alargó y la pareja se instaló con su hijo en el piso. William les pidió que buscaran otra opción para vivir, ya que la habitación era muy pequeña para estar con un recién nacido. Cuando le pidió que dejara la habitación comenzaron los problemas.
Mantiene también de después del aborto su actitud siguió siendo buena hacia esta pareja. Su mujer le regaló todas las cosas que habían comprado para su bebé. "Mi mujer tiene 2 hijas y 3 nietos. ¿Cómo puede decir eso una madre de otra madre?", se pregunta.
"Ahora nos piden 3.000 euros por dejar la casa"
La Policía le llamó un día para decirle que habían interpuesto una denuncia contra ellos por haber agredido a un bebé. Estaban en la piscina de San Blas, asegura. Finalmente, los agentes les dejaron en libertad. Ahora la pareja le está pidiendo 3.000 euros para irse de casa.
Esther Mora es la propietaria de este piso. Ella alquiló el inmueble a William y su familia sin saber que estaban subarrendando una habitación. Cuenta que nunca ha tenido ningún problema con su inquilino y entiende que si han sido puestos en libertad es porque la Policía entiende que no están relacionados con el incidente de los cristales en el potito.
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