Enfermedad rara

Ingerir comida de gato o beber pintura: Así es el Síndrome Prader- Willi que genera una sensación incontrolable de hambre

Para Marcos las ganas de comer se han convertido en una pesadilla diaria. Sufre el Síndrome Prader- Willi que le provoca un apetito desmesurado por el que necesita ingerir en grandes cantidades. Ingerir comida de gato o beber pintura le ha llevado al hospital en varias ocasiones.

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El apetito es una sensación saludable que todos sentimos en algún momento del día pero si ese deseo de comer nos controla y nos genera ansias irrefrenables de devorar lo que encontramos a nuestro alrededor entonces estamos hablando de una enfermedad. En España la sufren alrededor de 3.000 persona y recibe el nombre de Síndrome Prader- Willi.

La primera residencia para tratar a personas que padecen esta enfermedad ha abierto sus puertas en nuestro país. El trastorno tiene origen genético y provoca una sensación constante de hambre que les lleva a devorar todo lo que encuentran, sea o no comestible.

Mari Ángeles cuenta lo duro que ha sido para ella cuidar a su hijo Marcos, que padece esta enfermedad. Señala que la hiperfagia (aumento desmesurado de apetito) se le desarrolló muy temprano y su único pensamiento era el de conseguir comida. Es tal su ansia por los alimentos que le llevó a debatirse entre la vida y la muerte tras ingerir una gran cantidad de comida de gato. El joven estuvo más de 20 días ingresado y a punto de morir.

Marcos ha necesitado asistencia médica tras ingerir comida de gato o confundir la pintura con leche

En otra ocasión confundió un bote de pintura con leche y también necesitó asistencia médica. Marcos es uno de los nuevos pacientes de esta residencia pionera donde le ayudan a controlar sus impulsos. Reconoce que desde siempre ha tenido mucha ansiedad con la comida. Su cerebro le anima a comer constantemente y no lo puede controlar. El peor episodio que recuerda lo vivió en casa de su abuela. La mujer olvidó cerrar la puerta de la cocina y Marcos se dio un atracón que le llevó al hospital.

Desde el centro señalan que en el último año han fallecido 4 personas con síndrome Prader- Willi y lo han hecho por atragantamiento. "Han conseguido comida extra y por comerla rápido han fallecido por no poder respirar".

La comida llega a esta residencia por cátering un par de veces al día para evitar la presencia de alimentos en el recinto. Los conductos de la residencia están pensados para que no quede el olor de comida que pueda alterar a los internos. Otro de los lugares más importantes es la sala diseñada para afrontar las crisis nerviosas. Está totalmente acolchada para impedir que se hagan daño ya que en muchas ocasiones la frustración por no conseguir comida les lleva a autolesionarse.

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