Encarcelado en Irán
El infierno de Santiago, un español que lleva 10 meses preso en una de las cárceles más salvajes de Irán
Permanece encarcelado Santiago, el español que comenzó un viaje solidario desde San Sebastián de los Reyes a Qatar y terminó sufriendo torturas en una cárcel iraní
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Desde hace 10 meses Santiago se encuentra retenido en una de las cárceles más duras y salvajes de Irán, la cárcel de Erin. Lo que comenzó como un viaje solidario que inició en San Sebastián de los Reyes y que debía acabar en Qatar se ha convertido en una pesadilla.
En este trayecto fue detenido y acusado de espionaje, desde entonces se encuentra en la cárcel en unas condiciones pésimas que han hecho a Santiago casi perder todas las esperanzas. Su familia movió cielo y tierra hasta localizarle en la prisión, donde está acusado de espionaje. Miguel, compañero de Santiago, sigue luchando para su liberación y relata la situación que sigue a travesando a día de hoy el aventurero.
Para Miguel "es una moneda de cambio" de Irán y que la embajada de Teherán le ha dado ciertos privilegios como llamar a la familia o situarle en un módulo "seguro".
Aunque según asegura Miguel, Santiago no ha sufrido vejaciones físicas si ha tenido que sufrir torturas como estar encerrado en un zulo de apenas dos metros cuadrados durante cuarenta días con la luz encendida, impidiéndole descansar.
Su detención ocurre según algunas fuentes tras hacerse una foto en la tumba de Masha Amini, la joven asesinada, y se convierte en parte de la represión del estado. Miguel asegura que no existe dicha foto, simplemente se encontraba en el lugar incorrecto en un momento inoportuno.
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Las respuestas de la instituciones
Para Miguel el trato de la embajada de España en Irán "es de ocho puntos, porque siempre se puede hacer más", aunque reconoce que le cuidan y ayudan. Pero la situación que se vive en Irán hace que cualquier trámite se ralentice en el tiempo, una simple gestión como pedir cita en el dentista allí puede tardar hasta tres meses. Santiago se mantiene fuerte, aunque el mismo reconoce que tiene días donde se encuentra mejor y otros donde se sumerge en un pozo.
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