El viaje de Luis empieza en una ambulancia camino del hospital. Tiene doce años y su vida cambia en tan solo un segundo. Accidentalmente, mientra juega en el sofá se clava una navaja en el corazón. Se desploma al instante. El equipo de emergencias trata de reanimarlo sin exito y durante 20 minutos Luis está clinicamente muerto. Pese a que su cerebro ha estado privado de oxígeno, consiguen milagrosamente reanimarlo. Pero queda sumido en un coma profundo. Los médicos, que le han dado por perdido, informan a su familia que solo cabe esperar y tratar de estimularle.
Jose Manuel, su padre y el resto de su familia saben que la pelea acaba de empezar. Con todos los métodos a su alcance tratan de despertarle. Le rocían con aire comprimido helado, le colocan unas gafas multimedia, le hablan, le cantan ... por momentos la UCI parece un pequeño circo. Hasta que un día, una canción especial consigue nuevamente el milagro. Sus dedos empiezan a moverse. Se despierta ciego, sin habla y paralizado, pero su cerebro esta vivo. Con más fe aún en sus metodos, su padre empieza una dura rehabilitacion basada en el ejercicio constante, el trabajo neurológico y fármacos adecuados.
Su historia corre como la pólvora y su viaje se convierte en inspiración para muchos que han perdido la esperanza. Menos de dos años después, Luis ha recuperado su vida y su familia le ha recuperado a él.