La consellería de Educación denunció ayer ante la Fiscalía de Menores el caso del niño vigués de 11 años que fue agredido por unos compañeros en el colegio y que lleva más de un mes sin acudir a clase. No consideran que se trate de un caso de acoso y, "al no haber una causa justificada" para que no acuda al centro, lo denuncian como un presunto caso de absentismo escolar. "Consideramos que ha sido un conflicto puntual entre dos niños y que no está justificado un cambio de centro", indican desde la consellería.
El niño dejó de acudir al colegio Santa Cristina de Lavadores, en Vigo, el pasado 14 de marzo tras sufrir la agresión de un compañero que le produjo una fisura en los genitales. Los padres alegan que es la tercera vez en este año que el niño ha sido agredido y pidieron el traslado a otro centro.
El colegio, por su parte, insiste en que los padres "faltan totalmente a la verdad" y ya presentaron una denuncia contra ellos "por calumnias y difamación". La directora del centro, Isabel Villanueva, asegura que el centro ha actuado con diligencia, conforme al reglamento de régimen interno, por lo que tiene "la conciencia muy tranquila". Explica que la agresión se produjo en el recreo cuando los niños jugaban a policías y ladrones y que la víctima tiró a un compañero, "puede que sin querer", y éste, al levantarse, le propinó una patada en la entrepierna y le produjo "un pequeño sangrado". La directora afirma que el niño agredido se levantó por su propio pie y que una vez en clase su profesora le preguntó qué le pasaba y que al decir que le habían golpeado en sus partes vio que tenía "un pequeño sangrado".
La versión contrasta con la de la madre del niño, Beatriz, quien asegura que su hijo estuvo "un buen rato tirado en el suelo del patio sin que nadie se interesara por él". Critica que "no se han tomado las medidas necesarias como expulsar al niño" por lo que denunciaron al centro por desatención, a los padres del otro alumno y a la inspectora educativa.
La directora del colegio, por su parte, insiste en que se actuó de forma "proporcional" con el agresor: no puede ir a actividades extraescolares ni salir al recreo durante el resto del trimestre, y recalca que no se trata de un niño "ni reincidente ni problemático, por lo que no procede su expulsión".
El fiscal de protección de menores de Vigo, José Ramón García Palacios, aseguró ayer no tener todavía sobre la mesa el expediente de este caso y que, cuando lo tenga, "valoraré si se trata de un caso de absentismo o no". El fiscal advierte que los casos en los que están involucrados menores "hay que valorarlos cada uno de manera particular, hablando con todas las fuentes para conocer a fondo cada una de las versiones".
Palacios advierte que "por el hecho de salir en la prensa" no es un caso más importante que otros, por lo que este caso "seguirá el mismo curso que otros expedientes".
Mientras tanto, los padres del menor han convocado a través de las redes sociales una protesta ante la delegación de la Xunta en Vigo mañana a las 12.00 horas. "Ya han confirmado su presencia más de 75 personas, muchos de ellos que ni siquiera nos conocen pero que se sienten identificados con nuestra historia", comenta la madre. Sin embargo, lamenta que no han recibido el apoyo de otros padres del colegio. "Al principio sí nos apoyaban, pero cuando llega la hora de actuar ya no les interesa", indica.
Desde la Consellería de Educación dicen que no van a hacer ninguna declaración pública ni comunicado a ningún medio. Su versión es la siguiente: que solo tuvieron conocimiento de un conflicto puntual. El inspector lo valoró y no vio casos ni tuvo conocimiento de agresiones anteriores. La denuncia a la fiscalía es simplemente por un tema de absentismo escolar. No tienen constancia de ninguna denuncia más por acoso.
Su hijo de 14 años sufre golpes, robos e insultos
María (no es su nombre verdadero) es madre de un niño acosado en el colegio. Su hijo tiene 14 años y actualmente cursa 3º de la ESO. El año pasado detectaron el acoso. El niño empezó a no querer ir a clase, primero alegando problemas de salud (es alérgico). A veces se quejaba de lo “malos compañeros” que eran algunos alumnos, pero nunca referidos a él mismo.
Su madre le aconseja que cuando vea un problema de este tipo hable con el jefe de estudios a lo que el menor responde “que no le hacían caso”. En un momento dado se niega a ir a clase y rompe a llorar cuando su madre le presiona.
Al visitar a un orientador sale toda la verdad. Era el objetivo del acoso de un grupo de 8 niños. Le pegaban patadas, collejas, le robaban, le insultaban, no le dejaban entrar a las instalaciones.
El joven es muy maduro para su edad. De un carácter tranquilo pasa a tener situación de ansiedad, estrés e ira contenida.
Empieza a visitar un psicólogo. A su familia le dice que el sentirse apoyado y querido en casa ha sido importante para que su situación personal no fuera a mayores.
La policía le dice a la familia que poco se puede hacer salvo medidas preventivas.
La madre hace un escrito al centro para garantizar que su hijo puede terminar el curso sin problemas. Se produce alguna expulsión y sanciones. Pero al comenzar el nuevo curso empieza a sufrir “ciberbulling” a través de Twitter. Un hashtag para reírse de alumnos y profesores. Él es el primero de la lista, pero ahora hay más señalados (los que tienen sobrepeso, gafas o algún defecto físico a los ojos de la mayoría).
El niño se considera culpable de lo que está pasando, Cree que hay algo malo en el que no le deja ser aceptado por los demás.
Ha estado muy pendiente del caso de Carla: sentía pena por ella..”lo que ha debido de pasar paro no querer vivir mas”.
El acoso fisico se ha convertido en otro el psicológico quizá más peligroso a largo plazo.