Testimonio

Dani González: "Ya pueden sedarme, ya he hecho todo lo que tenía que hacer, ya estoy feliz"

"No conocí a mi hijo, realmente, hasta que conviví con él los dos años de la enfermedad, supe que era un hombre espectacular". Es lo primero que nos dice el padre de Dani, Jose Manuel, al recibirnos en su casa.

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Desde que le diagnosticaron un cáncer de páncreas supo que su final estaba cerca. "Y él seguía haciendo proyectos, poniendo tareas… Era increíble", se asombra, todavía, su padre. Tanto fue así que cuando fue consciente de que le quedaban muy pocos días de vida se lanzó a su última aventura.

Pidió en el hospital que le dejasen salir una última vez. "Les dijo que le pusiesen algún calmante porque tenía cosas que hacer". Fue a su pueblo natal, A Guarda, en Pontevedra, y visitó los lugares en los que había sido más feliz: un mirador, un baño en el mar en la playa en la que nadaba con su madre, también fallecida, y una comida multitudinaria. "Yo no supe la persona que era mi hijo hasta entonces. Quiso reunir a sus amigos, medio centenar, y muchos tuvieron que quedarse fuera", explica su padre. Esa cita no fue fácil porque no era una celebración de cumpleaños, pero sí una última reunión antes de la muerte. "Él decía: quiero que seáis felices, no lloréis".

El día que alcanzó sus últimos deseos regresó caminando a su casa familiar y le dijo a su padre que debían volver al hospital. Allí, una vez le visitó el médico y con una tranquilidad pasmosa, le dijo “ya pueden sedarme, ya he hecho todo lo que tenía que hacer, ya estoy feliz”. Su padre no puede todavía contener las lágrimas cuando recuerda esas palabras pero, insiste, "hay que ser optimistas, él es lo que quería".

"Decía que no quería ramos y todo el dinero que fuesen a gastar en ramos que lo dedicaran al cáncer de pancreas"

En este mismo mensaje coincide Carlos, presidente de la Asociación de la Peña celtista de Baixo Miño. "Decía que no quería flores y que todo el dinero que se fuese a gastar en los ramos que lo dedicasen a la asociación contra el cáncer de páncreas, para que mejorasen la investigación. Pensó en todos hasta en el momento de la muerte". Y así lo han hecho sus amigos, conocidos y buena parte del mundo del fútbol. La Asociación contra el Cáncer de Páncreas ha recibido ya 19.000 euros de sus allegados.

"Nos fue pidiendo a cada uno que cumpliésemos con una misión"

También Miguel, que fue su entrenador de fútbol gaélico durante muchos años, coincide en ese carácter especial. "Sabía que le quedaba poco y nos fue pidiendo a cada uno que cumpliésemos con una misión".

Ahora todos ellos, aun sin poder superar el dolor de su muerte, tienen una encomienda. La principal es superar la tristeza y apoyar a la asociación que consiga que la investigación del cáncer que acabó con su vida, no se convierta “en una sentencia para el resto”.

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