Protestas en Ferraz

El calvario de los vecinos de la sede socialista: "La gente tiene miedo" y "el descanso es imposible"

Espejo Público entrevista a varios vecinos de la calle Ferraz con motivo de las protestas y disturbios que se producen en la base del Partido Socialista.

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Muchas personas que viven o trabajan en las proximidades de la calle Ferraz de Madrid están sufriendo las consecuencias que producen las concentraciones de protesta que se están convocando diariamente frente a la sede del PSOE.

José Luis, vecino y propietario de un local, admite sentirse "como blindados todos los días, nos tienen bloqueada la calle", refiriéndose a que perciben estar enjaulados todas las tardes desde que comenzaron las manifestaciones. Afirma que a parte afectar al descanso diario, los disturbios de afectan por partida doble, ya que entendería que el negocio situado en un local de su propiedad no pudiera afrontar el pago del alquiler ante la caída de clientela que experimenta.

"La gente tiene miedo"

Celia, dueña de pastelería cercana a la sede del PSOE, cuenta que a partir de las 7 de la tarde "la calle ya está cortada a derecha e izquierda", lo que impide el acceso en cualquier tipo vehículos y añade que, a pie, la gente no acude porque "tiene miedo". La hostelera termina afirmando que los disturbios están afectando a sus ventas, viéndose disminuidas un 50 % y sentencia que "es como si abriera sólo medio día".

"Imposible estudiar hasta las 12 de la noche"

Inés, estudiante de 22 años que vive en la zona, declara que padecen lo peor de las concentraciones "a partir de las ocho de la tarde, hay muchísimo ruido de los manifestantes y del helicóptero dando vueltas". Reconoce que ha trastocado su vida cotidiana notablemente, "tienes que cambiar todo tu día".

Algo más "arriba" de la calle Ferraz hay vecinos que incluso sufren aún más. Allí se sitúan los grupos más conflictivos, que protagonizan los hechos violentos y enfrentamientos con las fuerzas del orden, permaneciendo hasta bien entrada la madrugada generando disturbios.

Alba, vecina de Ferraz y también estudiante de 22 años, admite que ha alterado sus horarios, teniendo que planificar con cuidado las entradas y salidas de su domicilio, tratando de "evitar la zona porque es peligroso. A mí me ha dado miedo", declaraba la joven. Y es que la estudiante afirma que los grupos que permanecen hasta más tarde "queman contenedores" y "lanzan objetos a todo lo que pase".

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