Las anécdotas más desconocidas de la educación de la princesa Leonor: "Iba a casa de amigas divorciadas de su madre y le encantaba pasar la fregona"

La princesa Leonor cumple 18 años en una puesta de largo que tendrá su componente más institucional con el acto solemne de la jura de la Constitución que se llevará a cabo en el Congreso de los Diputados. La ciudad de Madrid se ha engalanado en medio de fuertes medidas de seguridad para albergar este acto que ya protagonizó su padre el príncipe Felipe en 1986.

Consuelo Font, periodista experta en la Cara Real, ha contado algunos datos desconocidos de la vida personal de la primogénita de los Reyes Felipe y Letizia. Cuenta que durante su estancia en el internado de Gales la princesa consiguió obtener todas las notas con una calificación de sobresaliente, excepto dos notables.

Considera la periodista que las princesas han tenido una gran suerte en su formación al tener un padre que le ha enseñado a reinar y una madre que le ha mostrado cómo vivir la vida real

Señala que desde muy pequeñita la princesa era consciente de que tenía un papel determinado en la vida pública y estaba muy preocupada por su incursión en esa esfera. Le preguntaba a sus padres con frecuencia cuándo iba a dar un discurso.

"Letizia la llevaba a casa de sus amigas periodistas divorciadas para que viera otras realidades"

Buscando una educación en la normalidad, la reina Letizia le pedía a su madre, Paloma Rocasolano, que llevara a las niñas con gorrito a pasear en un autobús de la EMT para que vieran ese otro lado de la realidad. La reina también llevaba a sus hijas a casa de algunas de sus amigas periodistas que estaban incluso divorciadas y con otra vida. "A Leonor le encantaba pasar la fregona cuando iba a estas casas", apunta Consuelo Font.

Una anécdota que ha hecho reír a Susanna Griso que soltaba una carcajada diciendo que fregar no entra dentro de la preparación educativa que se le exige a una princesa pero sí "es un hábito muy determinante".

Otro de los encargos de la reina Letizia a su madre Paloma Rocasolano era que se trasladara a la residencia cuando ella faltaba de viaje porque no quería de ninguna manera "que llamaran a un timbre y se presentara ante las niñas un mayordomo". "Independientemente de que se puedan ser conocidas estas cosas dicen mucho de cómo que estas princesas han tenido la suerte de tener una normalidad absoluta en su educación y crearse como niñas normales".

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