Narcotráfico

Agreden a un periodista de Espejo Público: "¡Voy a salir con la pipa, para que veas lo que es una pipa de verdad!"

Unos contenedores instalados de forma provisional, para que los jóvenes de un barrio madrileño se cambien a cubierto, estarían siendo utilizados para vender sustancias estupefacientes las 24 horas del día. Espejo Público es testigo de uno de los frecuentes conflictos.

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El periodista de Espejo Público, Javi Fuente, desplazado hasta el lugar, para informar en directo, ha sido objeto de un ataque. Una persona supuestamente relacionada con los supuestos hechos delictivos que allí se estarían cometiendo, molesto o disconforme con la presencia de de medios de comunicación que informen sobre ello, lanzaba una barra de hierro a nuestro compañero. El periodista también asegura haber recibido varias amenazas por parte de algunos de los presentes en el recinto deportivo.

Los vecinos se quejan y denuncian los múltiples problemas que genera la situación actual. Uno de ellos exclama que le parece "mal, fatal, si encima hay niños...". Muchos han dejado de pasar cerca de la instalación por miedo. Otro de los residentes de la zona denuncia el aumento de la inseguridad y segura: "Los coches los tenemos todos destrozados".

Las denuncias de los residentes han sacado a la luz los actos delictivos que se estarían cometiendo en unas estructuras colocadas provisionalmente a modo de vestuarios en unas instalaciones deportivas a jóvenes del barrio de San Blas, en la ciudad de Madrid.

Vestuarios convertidos en 'narcosalas'

Varias personas han accedido a los improvisados vestuarios, se habrían instalado en los mismos, y realizarían operaciones de tráfico de droga, según los testimonios. Esta infraestructura estaría siendo utilizada también como fumadero de las sustancias ilegales supuestamente suministradas allí.

Tanto narcotraficantes como toxicómanos habrían ocupado las instalaciones abandonadas para suministrar o adquirir sustancias estupefacientes las 24 horas del día. Los vecinos son testigos del constante ir y venir de personas, que acudirían a adquirir la droga, a escasos metros de los campos deportivos donde juegan niños de 8 a 10 años cada tarde.

Las cámaras de Antena 3 también eran testigo de uno de los momentos de tensión, protagonizado por una persona en un estado visiblemente alterado y que se enfrentaba a los trabajadores del programa: "¡Para ya coño! ¡Cojones! ¡Voy a salir con la pipa, para que veas lo que es una pipa de verdad!"

"Estamos enganchados a las drogas. Hay más vestuarios, no sé, unos seis o siete. A mi nadie me ve consumir drogas por que yo las consumo dentro, con la puerta cerrada", afirma otra joven que admite drogarse en el interior del edificio.

A la espera de una actuación judicial

Pese a todo lo ocurrido hasta la fecha, la situación sería todavía más sorprendente e incomprensible. La comisaría de la Policía Nacional se encuentra a apenas 100 metros del lugar en cuestión. Las autoridades por su parte reconocería no poder realizar ningún tipo de acción por el momento, más allá de labores de vigilancia, ya que al tratarse de un recinto de titularidad municipal, los agentes necesitan una orden judicial para acceder al recinto con garantías de que los supuestos delincuentes rindan cuentas con la justicia.

Según informa el periodista Luis Fernando Durán, para que un juzgado pueda emitir una orden de desalojo o de registro, el Ayuntamiento de Madrid tendría que iniciar un procedimiento judicial, "que no ha hecho" por el momento, afirma.

La vicealcaldesa del Ayuntamiento de la ciudad y delegada de Seguridad y Emergencias, Inmaculada Sanz, del consistorio declaraba que son conscientes de los hechos y que tomarían las medidas necesarias al respecto "para solventarlo lo antes posible".

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