El comer emocional es un trastorno que sufren millones de personas en todo el mundo. Quienes la padecen no comen para saciar el hambre, sino para aplacar sus emociones y acaban por caer en la adicción en la comida. Sienten cólera, depresión o tristeza y se dan un atracón de patatas fritas o chocolate. Es placer al instante, alimentos grasos, dulces o salados, pero con el denominador común de tener un enorme aporte calórico y, como consecuencia, el peligro de la obesidad. El comer por emociones y no por hambre es un trastorno de la conducta que puede afectar a todo tipo de personas, y de cualquier clase social.

Isabel Sartorius anunció públicamente que había padecido este trastorno. Gracias a la terapia ha logrado superarlo y reconoce que ahora es mucho más feliz. El doctor Máximo Ravena nos ha facilitado las claves para superar este trastrono.

No estar solo, la soledad es una de los principales problemas para todas aquellas personas que sufren esta neurosis. Hay que colocarse un "cinturón emocional", o lo que es lo mismo rodearse de personas buenas, que te ayuden y que te acompañen, hacer deporte y, en definitiva, aislarse de todos los condicionantes y problemas que te hagan refugiarse en la comida.