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PROGRAMA 6 | SEGUNDA TEMPORADA 'CASADOS A PRIMERA VISTA'
'Miami me lo confirmó', por @SenoritaPuri
Los matrimonios se encuentran en pleno clímax, y no sexual precisamente. Bueno, para los gays todo va bien, pero son los únicos. El matrimonio de Bernardo y Andrea terminó por hacer aguas y acabaron por llamar a la psicóloga del programa, una tipa súper happy que les dijo que había que mirar la vida de forma positiva, y tratar de encontrar un punto en común que les hiciera felices. Y lo encontraron: firmaron el divorcio.
El barco del amor de Jonathan y Sabrina no se ha hundido pero se ha escorado, porque ella ha encontrado unos peluches envueltos que él asegura eran para ella. Yo creo que Sabrina sospechó cuando uno de los muñecos llevaba un cartel "a la nariz más respingona del mundo". Ahí se olió algo.
Los que no van a olerse ni a comerse nada son Tito el gogó y Cristina, la barcelonesa. Ante la imposibilidad de tirarle el tanga, él ha tirado la toalla Ella le mira como con pena, y cuando una chica mira con pena, mala cosa. No es que el chaval haya pasado a la friend zone, es que le hemos puesto 20 zanjas y alambre de espino en medio.
Pero los amos del cotarro son, sin duda, Mónica y Pedro. Ella, dirigente de Vox y experta en protocolo, apareció el lunes posando para Interviú y afirmando que "de joven pagó a una prostituta para aprender a dar placer a los hombres". Tiembla Pretty Woman. Está claro que Mónica ha visto que en política, como no sea trabajando para el PP valenciano o madrileño, o para el PSOE andaluz, no tiene futuro económico, así que ha optado por presentarse en sociedad con los mismos recursos intelectuales que una futura tertuliana de un programa de telebasura. Como dicen en los toros: apunta maneras.
Su marido, Pedro, harto de sus cambios de humor y numerosos TOC, no quiere ni acostarse con ella y ya ha llamado a su ex la de Mayami para calentar motores, mientras la pobre Mónica, a falta de mezcal de 50°, ahoga sus penas ordenando calzoncillos por colores.
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