La joven Ashley Niels y su perro Spunky llevan 12 años juntos. Ella lo adoptó cuando iba a la universidad, en Wisconsin, y allí lo que más le gustaba al can era correr y jugar en la nieve. Ashley pasaba horas y horas jugando con su mascota en la nieve helada.

Por eso, cuando se mudaron a Texas, ella le prometió que volvería a llevarle a la nieve algún día. Pero, de un día para otro, a Spunky le diagnosticaron un cáncer terminal.

Entonces fue cuando Ashley recordó su promesa, algo complicada de cumplir siendo verano en Texas. Ella quería que Spunky pudiera tener un último día feliz en la nieve como solían hacer y en ese momento fue cuando sus compañeros de trabajo se movilizaron.