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'Las mil y una noches', el clásico turco que ha triunfado cada noche en Nova

'Las mil y una noches' es un clásico de la literatura universal y también es un clásico en el universo de las telenovelas turcas. Fue la primera producción made in Turquía en cruzar fronteras y abrió camino para títulos como 'Fatmagül' o 'Amor prohibido'. En España llegó algo más tarde, pero también ha sido todo un éxito de audiencia. Veamos algunas de la claves de este clásico turco que ha triunfado cada noche en Nova.

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Sherezade, marcada por una noche negra

Sherezade (Bergüzar Korel) ha sido un personaje que, sin duda, ha estado marcado por haber vivido en una constante montaña rusa con sus luces y sus sombras.

Si recordamos, la conocimos en el peor momento de su vida. Su hijo se debatía entre la vida y la muerte luchando contra la leucemia y la única solución pasaba por pasar una noche (con todas las connotaciones que esa expresión conlleva) con su jefe para obtener el dinero con el que financiar el necesario trasplante.

Y Sherezade no dudó. Aceptó y vivió su particular noche negra. Sin embargo, la recuperación de Kaan iluminó la oscuridad de aquella noche.

Después, los acontecimientos se sucedieron casi como en un cuento de hadas. Aquella "rana" con la que Sherezade se había visto obligada a pasar una noche se convirtió en un atento y galante príncipe del que enamorarse y con el que formar una familia.

Pero en medio de esas luces, Sherezade volvió a sucumbir a las sombras. Y su mayor sombra volvió a aparecer a la luz del día. La noche negra dejó de ser un secreto entre la pareja para convertirse en algo conocido y comentado por su entorno. Y ahí Sherezade transformó su dulzura y calidez en una auténtica plancha de acero.

No quiso escuchar explicaciones, ni razones, ni justificaciones. Su más oscuro secreto había sido revelado y no había marcha atrás. No había perdón ni misericordia.

Con la misma determinación con la que acudió aquella noche negra a aquella habitación de hotel, Sherezade agarró a su hijo y rompió todos los lazos con su pasado. Con su marido. Con la familia de su difunto esposo. Con su trabajo. Con sus amigos.

Ahí conocimos a una nueva Sherezade. Una Sherezade dispuesta a casarse con un hombre al que no amaba solo por alcanzar "paz". Una Sherezade impasible a las lágrimas y ruegos de su hijo. Y quizá fue ahí donde Sherezade más nos desconcertó. ¿Cómo era posible que una mujer dispuesta a todo por salvar a su hijo no permitiese que ese niño abrazase al hombre que quiere como un padre o a la niña a la que considera una hermana?

Pero la verdadera Sherezade estaba ahí, agazapada bajo esa capa de rabia por sentirse traicionada por aquel en quien depositó toda su confianza. Y cuando se reestableció el orden de los acontecimientos, cuanto tuvo ante así a esa familia por la que tanto luchó, ya no hubo más dudas.

Onur, el eterno desconfiado

Pero si Sherezade nos ha sorprendido para bien y para mal, Onur (Halit Ergenç) tampoco se ha quedado atrás en su particular montaña rusa. Lo odiamos sin miramientos desde el primer minuto del primer capítulo, aunque poco a poco fue seduciéndonos.

Consiguieron convencernos sus atenciones con Sherezade, su forma de buscarla, su insistencia, su sincero arrepentimiento por aquella noche negra. Pero, si somos justos, Onur siempre mantuvo un halo que nos hacía mantener las distancias.

Es cierto que quería a Sherezade. Es cierto que se convirtió en el mejor padre para Kaan. Pero las sombras del pasado siempre estuvieron muy presentes en su comportamiento. Bastaba un pequeño detalle para que sus celos despertaran de forma casi enfermiza.

Pero Onur también recibió de su propia medicina. Si en un principio se jactaba de desconfiar de las mujeres, al final la mujer que quería lo lastimó profundamente justo por no confiar en él.

Si ya con la llegada de Nilufer, Onur tuvo que esmerarse para convencer a Sherezade de que no sabía nada de la existencia de su hija, con la salida a la luz de la noche negra, ya no tuvo ni una oportunidad de explicarse.

Y Onur sintió lo que significa que no confíen en uno. Esta vez no se lo merecía, pero el karma tiene sus propios códigos de conducta. Él, que siempre desconfiaba, fue víctima de la desconfianza.

Pero el destino también sabe ser generoso y su persistencia fue recompensada porque si algo hay que reconocerle a Onur es que nunca se cansó de llamar a la puerta de Sherezade por muchas veces que le diera con ella en las narices.

Kerem y Bennu, amigos de carne y hueso

En toda historia hay personajes que no pueden faltar: el mejor amigo del protagonista y la mejor amiga de la protagonista, roles que en este caso interpretaron Kerem y Bennu. Sin embargo, en esta ocasión habría de hablar de muchos matices.

Por un lado, Kerem ha sido el mejor amigo de Onur de toda la vida. Pero esa amistad no evitó que Kerem se enamorara de la mujer de su socio – amigo – casi hermano. Es más, hubo un buen número de capítulos en los que Kerem obvió su función de mejor amigo para convertirse en tercero en discordia e, incluso, en villano oficial. Difícil es olvidar su estratagema de utilizar a Kaan para acercarse a Sherezade.

Pero Kerem también recibió la visita del karma en formato Eda y pagó con creces sus errados pasos al revelar el gran secreto de la noche negra. Es verdad que no fue intencionado, pero Kerem, al final, cometió la mayor traición de toda esta historia. Y, consciente de ello, actuó en consecuencia: pidió disculpas a Onur, dio explicaciones a Sherezade y desapareció de sus vidas quizá para evitar recordar con su presencia el desliz cometido.

En cuanto a Bennu, ha sido el más inestable de cuantos personajes hemos conocido en esta historia. La mujer que se subió a un avión rumbo a Estados Unidos apenas se parece a la brillante arquitecta que conocimos.

Pero Bennu no tuvo un recorrido fácil. Se enamoró de su jefe con todo lo que ello implica, pero es que, además, él estaba enamorado de su mejor amiga y ella tardó demasiado en darse cuenta. ¿O es que no se quiso ver lo que pasaba ante sus ojos?

Y para rematarla, en medio de su comprensible depresión tras perder a su bebé y de su incontrolable adicción al alcohol, Bennu se puso a atar cabos y enredó los nudos de mala manera. Ella acertó al intuir cómo había conseguido Sherezade el dinero para salvar a Kaan, pero erró con el protagonista de la historia.

Es muy complicado analizar a Bennu porque probablemente haya sido el personaje más castigado de toda la historia, el que más golpes recibió y el que menos buenos momentos disfrutó. Sin embargo, al final consiguió salir de ese pozo en el que había caído y fue justo en el momento en el que cortó amarras y decidió volar lejos cuando encontró aquello que estuvo buscando desde el primer día: el amor del hombre del que estaba enamorada.

Burhan y Nadide, la familia es lo primero

Y en medio del caos que han vivido las parejas anteriores, Burhan y Nadide siempre han sido un remanso de paz, tranquilidad, cariño, amor y respeto. Y menos mal que entre ellos no hubo grandes conflictos porque los problemas ya llegaban solos a las puertas de su casa.

Y el principal causante de sus dolores de cabeza ha sido su hijo Ali Kemal. Es imposible enumerar todas las veces que el aspirante a heredero del imperio familiar se ha equivocado; todas las veces que ha sido engañado y/o estafado; todas las veces que ha decepcionado a los suyos; todas las veces que hemos tenido que repetir ‘Qué mal, Ali Kemal, qué mal’.

Y tantas veces fue Ali Kemal un dolor de cabeza para sus mayores que Burhan decidió automedicarse y solucionar el problema: dejar que el aspirante a heredero cree su propia herencia y dedicarse Nadide y él a disfrutar de la vida.

Lo único bueno que le ha quedado a Ali Kemal es que Füsum sigue a su lado. ¿Quién iba a decir que aquella cuñada avariciosa, envidiosa y celosa hasta el extremo iba a evolucionar hasta el punto de convertirse en una nuera casi ideal y una ejemplar madre de familia de hijos propios y ajenos?

Habría mucho más de lo que hablar. De la envidia enfermiza de Eda, del amor obsesivo de Yasemin, de la conversión del fiestero Burak en un ejemplar hombre de negocios, del ejemplo de Melek como hermana cuidadora, de la familia biológica de Kerem, de la lealtad de Mihriban…

Por estas y por muchas otras razones 'Las mil y una noches' es un clásico dentro de las producciones turcas y uno de los éxitos del año en Nova.

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