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NÚMERO DE SERIE

‘Normal People’, la historia de amor definitiva

El amor entre Marianne y Connell traspasa fronteras, edades y formas de ver la vida. Sin discusión: este drama romántico es una de las series del año.

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Dice el refrán que "a amor mal correspondido, ausencia y olvido". Los dos protagonistas de ‘Normal People’ no están dispuestos a ignorarse a pesar del alejamiento. Llámalo destino o fruto de la casualidad, llámalo como tú quieras, pero Marianne y Connell parecen estar señalados a no perderse de vista aun cuando elijan rumbos completamente diferentes.

'Normal People' es de esas ficciones que han triunfado con el boca oreja, que sin armar un especial revuelo han calado hondo y que tras su visionado forman parte de las recomendaciones del año de todo aquel que la haya visto. No hay discusión y esto rara vez ocurre. 'Normal People' es una de las joyitas de la temporada, indispensable por muchos motivos. Se ha convertido en la serie más recomendada de los últimos meses, al igual que lo fue en 2018 la novela en la que se inspira. Un hallazgo, primero, que el estupendo libro de Sally Rooney respire en las interpretaciones de sus protagonistas.

Ellos, actores casi desconocidos –Daisy Edgar-Jones (vista en 'La guerra de los mundos') y Paul Mescal–, logran hacer creíble la tempestuosa relación. Y lo consiguen mostrando una vulnerabilidad fuera de lo común, donde reinan las miradas y los silencios, la observación y la escucha.

Estos dos jóvenes se conocen y se enamoran, rompen, vuelven, lo vuelven a dejar… y así. La química extraña que trasmiten, su brillante interpretación, va hilada a una narración moderada, llena de continuos aciertos, donde el espectador asiste a lo largo de varios años a la evolución de los dos, no solo como pareja sino como individuos. No entra en el juego de la competitividad ni pretende que te posiciones de un lado o de otro. Después de haber asistido a mil versiones de ‘Romeo y Julieta’ y sucedáneos, es admirable lo desprejuiciada que se muestra ‘Normal People’, sin alusiones.

a otras comedias románticas, sin necesidad de guiños impostados. Dirige Lenny Abrahamson, nominado al Oscar por el durísimo drama 'La habitación' (2015), con una Brie Larson secuestrada por su violador. Aquí la crudeza desaparece, pero como en aquella se potencia mucho lo que no se ve, lo que no se dice. Dirige seis episodios, de los otros seis se encarga Hettie Macdonald ('Fortitude'). La coguionista de la serie junto a la escritora es Alice Birch ('Lady Macbeth', 'Succession'). Puntos de vista en femenino y masculino de los mismos hechos, desde que los estudiantes, que viven en el pequeño pueblo irlandés de Sligo deciden irse a estudiar a una universidad de Dublín. Las idas y venidas de la pareja navegan con otras subtramas, pero siempre relacionadas con sus decisiones.

Llena de detalles, la serie muestra los entresijos del amor romántico pero sin llegar a empalagar, del amor inseguro pero sin dramas… Marianne y Connell son dos personas muy inteligentes –algo fuera de lo común en las tramas con adolescentes– se saben defender ante los demás y toman partido en sus decisiones. Sin embargo ninguno de los dos sabe cómo manejar ni expresar sus sentimientos realmente. Ella es la niña algo solitaria de una familia adinerada; él es el deportista humilde, pero ninguno de los dos arrastra el estereotipo a sus espaldas. Aunque él sea admirado por todos en el instituto no peca de superficial ni de impulsivo.

Ese collar de oro que siempre luce al cuello parece demostrar lo cuadriculado que puede parecer a veces. Ella puede parecer una loser pero esconde un potencial del que ni ella misma es consciente. Al igual que se cuidan las escenas explícitas de desnudos también se incide con ternura y de forma muy natural a los traumas y carencias de cada uno de ellos. Ambos comparten cierto temor a mirar las cosas de frente, pero son difíciles de encasillar, son únicos. Y es esta autenticidad que desprende 'Normal People', esta sensualidad velada, lo que toca la fibra. Una arrebatadora propuesta que de “normal” tiene muy poco. Imprescindible.

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