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NÚMERO DE SERIE

¿Ha perdido la magia 'Orange is the New Black'?

El arranque de la cuarta temporada de 'Orange is the New Black' no ha podido ser más flojo e insulso. Después de una tercera temporada en la que vimos que todavía había cosas por contar, estamos asistiendo a una cuarta entrega muy descafeinada y sobre todo, desesperadamente repetitiva. Pensar que todavía tenemos por delante 3 temporadas más hasta llegar hasta el último episodio se hace muy cuesta arriba para que la fue un auténtico pelotazo seriéfilo hace 4 años.

Orange is the new black - 4T

Netflix Pipper en problemas

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¿Aceptamos que Pipper no sea ya la protagonista de la serie? Sí. ¿Asumimos que la serie tiene un ritmo pausado? También. Lo que no podemos dejar pasar es que los personajes estén atrapados en la repetición, en algo que ya hemos visto. La falta de avance consigue que en la cuarta temporada ‘Orange is the New Black’ se muestre más agotada de lo que debería a estas alturas.

Parece imposible creer ahora que hasta hace no mucho ‘Orange is the New Black’ era una serie que se veía a modo de binge watching, y que ahora resulta anodina y muy alejada de la chispa que tenía en su comienzo. Es como si la cárcel de Litchfield se hubiese quedado grande para los guionistas y no hubiese manera de sacar jugo a lo que antes sí lo tenía.

Una cosa es que Pipper ya no sea la protagonista absoluta y que decidieran abrir la baraja en la tercera temporada, convirtiéndola en una serie coral sin pudor alguno, pero tampoco tiene sentido que la interna sobre la que está articulada la serie ya no tenga ningún valor en la historia, ni capitanee una sola secuencia o trama interesante.

Tampoco ha ayudado la trama de la cocinera Judy, la interna más celeb de todas, ni tampoco la historia de las bragas usadas, que se agotó por completo en la temporada anterior. Igual que la guerra entre las diferentes bandas latinas. Todo es insuficiente para entusiasmar al espectador, que añora sin remedio los capitulazos que tenía una de nuestras series favoritas.

Es cierto que estamos en verano y que ‘Orange is the New Black’ sirve como ficción estival, pero en cierta medida ha perdido la magia que tenía y se ha convertido en algo mucho más convencional y desde luego sin el encanto al que asistimos al principio, cuando queríamos saber el background de todas las protagonistas y de cómo o quién las llevó a ser una reclusa más de la cárcel de mujeres. Al final de la temporada hay remontada, pero insuficiente para una serie que necesita mejorar claramente para 2016. Después de todo, Jenji Kohan es la responsable de ‘Weeds’. Es normal que nos suenen todas las alarmas.

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