ObjetivoTV » Series

NÚMERO DE SERIE

‘Crematorio’ inaugura una nueva etapa en la ficción española

Hoy es un día para recodar en la historia de la ficción nacional. Esta noche se estrena en abierto ‘Crematorio’, la serie protagonizada por Pepe Sancho que se emitió el pasado año en Canal + y adaptación de la novela homónima de Rafael Chirbes, Premio Nacional de la Crítica 2008. El día de hoy merece ser recordado porque se estrena una de esas series que se convierten en referencia para todas las demás.

Crematorio

Canal+ 'Crematorio'

Publicidad

Arriesgados, auténticos, profundos, son algunos de los adjetivos que definen los ocho capítulos que componen la primera temporada de ‘Crematorio’. A unos diálogos brillantes se une una realización impoluta que da paso a unos actores que consiguen acercarnos al máximo sus personajes. Gran acierto el de La Sexta, por ser la primera cadena que emite una serie tan conseguida para toda la audiencia. Y en prime time.

A pesar de que el estreno de ‘Crematorio’ fue en un canal de pago, no fue un obstáculo para que la crítica se interesara por ella desde el principio. Este reconocimiento en los medios sirvió para que muchos abonados a Canal+ cambiasen de chip y empezaran a entender que las series de calidad, y nacionales, también tenían cabida en el cable y satélite español, además del fútbol y el cine de estreno. ‘Crematorio’ ha provocado un cambio en la concepción de las series autóctonas, con un producto final cuidado al máximo y con un corte mucho más cinematográfico del habitual.

“Cuando eres poderoso dejas de ser todo lo demás” es la frase de Rubén Bertomeu que se utilizó para promocionar la serie. Y lo cierto es que no puede resumir mejor el espíritu de ‘Crematorio’. Rubén está interpretado por Pepe Sancho, un constructor que dejó su vida como empresario agricultor para dedicarse al negocio del ladrillo y el cemento, fuera y dentro de la legalidad. Su hermano Matías, que prefirió quedarse fuera de sus negocios, muere en el primer episodio. Rubén Bertomeu termina así con su pasado y se enfrenta a un incierto futuro.

Este comienzo brillante nos invita a conocer a todos los personajes, presentados de forma natural, sin artificios en el diálogo y huyendo de secuencias tópicas. Así conocemos a Silvia Bertomeu (Alicia Borrachero), hija de Rubén, en la cama de un hospital junto a su tío Matías, a pocas horas de morir. Con los preparativos del velatorio, que se celebra en la fastuosa casa de Rubén, se tiene que enfrentar a la novia de su padre, Mónica, muy guapa y mucho más joven que ella. Silvia es todo lo opuesto a su padre, así lo demuestra con su hija, quién sí ha heredado los valores y principios de su ambicioso abuelo.

Durante las potentes secuencias del velatorio queda muy claro que Rubén Bertomeu es un hombre tranquilo, que mantiene el tipo, pero al que no le tiembla el pulso a la hora de tener sus negocios bien atados, cueste lo que cueste. Este aspecto ha sido crucial para no mostrar a Rubén como un mero constructor sin escrúpulos, plano, sino que le otorgan complejidad al personaje haciéndolo más real e interesante para el público. Pero como buen protagonista tiene un punto débil y sus oscuros acuerdos con la mafia Rusia le tendrán siempre contra las cuerdas. La corona de flores que los rusos ponen sobre la tumba del hermano de Rubén habla por sí sola.

Pero la serie no sólo se centra en la corrupción urbanística de la costa levantina, sino que habla también de temas mucho más profundos y emocionales. Las complicadas relaciones familiares de los Bertomeu, con una gran matriarca a la cabeza, son la mejor muestra de que ‘Crematorio’ es todo menos una serie común. Todos los personajes tienen más de una cara para mostrar y por eso quieres ver un capítulo detrás de otro. El espectador quiere más de los personajes y, al final, recibe mucho más de lo que esperaba. Sólo las grandes series lo consiguen.

‘Crematorio’ ha hecho un esfuerzo de producción en todos los sentidos. Los actores están espléndidos, especialmente Pepe Sancho y Alicia Borrachero. Pero también hay una realización valiente, distinta, en la que abundan los exteriores y en la que la luz y el sonido cobran una importancia mucho mayor que la habitual en series nacionales. Está dirigida a un público mayoritario pero también exigente. ‘Crematorio’ ha comenzado una nueva etapa de la ficción española; esperemos que sea sólo el principio.

Publicidad