‘666 Park Avenue’: un piloto mediocre que desperdicia todo su potencial

Jane y Henry son una joven pareja que busca trabajo en Manhattan. Ambos acuden a una entrevista con el propietario del edificio Drake, situado en el número 999 de Park Avenue. El propietario, Gavin Doran (Terry O'Quinn), desconfía de ellos al principio pero decide recapacitar y contratar a Jane como nueva manager del edificio, donde también se hospedará junto a su novio.

Desde el principio suceden fenómenos paranormales, hechos sin explicar, muertes sin respuesta. Una serie de situaciones que, en su mayoría, pasan inadvertidos para Henry, pero no para Jane, que percibe al instante que algo no es normal en el edificio Drake.

Gavin controla todo lo que ocurre en el edificio y tiene tanto poder que es capaz de quitar y de dar la vida a sus inquilinos. Pero más allá de eso, el espectador desconoce a qué se debe semejante poder, ni desde cuándo lleva utilizándolo. ¿Es Gavin un ser paranormal? ¿Está vivo o está muerto? ¿Cuál es su historia? Está claro que no es necesario explicarlo todo en el primer episodio, pero mantener al espectador en la oscuridad total tampoco ayuda.

Esta indefinición de la trama principal deja demasiados cabos sueltos y el piloto dista mucho de ser redondo. En este sentido, que la audiencia haya sido baja es más que comprensible. Si se tiene en cuenta, además, que tuvo a ‘Revenge’ como lead-in, el dato de audiencia es doblemente malo por no aprovechar el tirón del culebrón oficial de la cadena.

Hay ciertas convenciones del género que sí funcionan, las habitaciones a oscuras, las bombillas que parpadean, los vecinos de los que nada se sabe de puertas para adentro, las pesadillas…. Un imaginario, el de los edificios encantados, que está relativamente bien representado en la serie. El fallo no está en la ambientación, sino en la concepción de la historia y en el desarrollo de la misma.

Es innegable que Terry O'Quinn, conocido por ‘Lost’, es un gran actor, y aporta mucho, o más bien todo, al nivel interpretativo de la serie. Es, sin lugar a dudas, el personaje más interesante. En cambio el papel de Vanessa Williams, su mujer en la ficción, carece completamente de chispa. Y aunque todo parece indicar que es cómplice de su marido, no sabemos mucho más.

Con respecto a la pareja protagonista, Janey y Henry, poco se puede decir, sobre todo porque él pinta poco en el desarrollo de la trama y ella, la actriz Rachael Taylor, no es una actriz que destaque especialmente y el sobre protagonismo que tiene le pesa demasiado.

De momento hay 13 episodios confirmados y muy bien debería irle de ahora en adelante para que ABC encargue una temporada completa de 22 episodios. Mucho más lejos aún tiene la renovación por una segunda temporada. Se trata de una serie que tenía mucho potencial y que está desperdiciado por un más que mediocre piloto.