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Trastorno facticio: Cuando te inventas enfermedades de los demás

¿Crees que una persona puede ser capaz de hacerse daño o fingir una enfermedad a propósito? En este artículo hablamos de este trastorno mental grave que provoca este tipo de comportamientos.

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El trastorno facticio es un trastorno mental grave mediante el cual una persona engaña a otras simulando síntomas de una enfermedad, enfermándose a propósito o haciéndose daño a sí mismo.

Este trastorno también puede producirse hacia otras personas, es decir, simulando la enfermedad de otra persona, enfermándola a propósito o haciéndole daño. Si esto ocurre suele producirse por parte de los miembros de una familia o personas responsables de ese cuidado. Por ejemplo: niños que están constantemente enfermos. Suele encontrarse dependencia hacia los demás en este trastorno, tanto en el trastorno facticio autoimpuesto como en el impuesto a otros.

Los síntomas que se falsifican en la enfermedad pueden ser leves o más graves. Lo que sí tienen en común estos síntomas en este trastorno es que van más allá de la evidencia médica disponible.

Diferencia entre trastorno facticio y simulación

Existen personas que simulan una enfermedad para obtener ciertos beneficios como pueden ser los económicos. Estos casos no son casos de trastorno facticio. Simular implica producir de forma intencionada una serie de síntomas que son exagerados o fingidos por una motivación externa. En cambio, un diagnóstico de trastorno facticio requiere que el engaño ocurra incluso en ausencia de un incentivo externo.

Síntomas del trastorno facticio

¿Qué síntomas tiene una persona con trastorno facticio? El DSM-V (Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales) describe los siguientes criterios para el trastorno facticio aplicado a uno mismo:

Falsificar los síntomas físicos y/o psicológicos de una enfermedad con el fin de engañar al profesional sanitario. Para esto, las personas que presentan el trastorno tienen una gran cantidad de conocimientos médicos.

  • La persona que tiene este trastorno se presenta a sí mismo desarrollando un rol de enfermo o incapacitado.
  • Quieren engañar, incluso sin que haya una recompensa o un beneficio tras el padecimiento de esa enfermedad.
  • Es importante tener en cuenta que este trastorno puede confundirse con otros trastornos como el trastorno delirante u otros trastornos psicóticos. No es fácil diagnosticar este tipo de casos.

Por otro lado, para el trastorno facticio aplicado a otro (antes: Trastorno facticio del prójimo o Síndrome de Münchausen por poderes) encontramos los siguientes criterios:

  • Falsificar los síntomas físicos y/o psicológicos de una enfermedad a otra persona con el fin de engañar al profesional sanitario. Igual que en el Trastorno facticio autoimpuesto, la persona que tiene el trastorno tiene muchos conocimientos de medicina.
  • La persona que tiene este trastorno presenta a otra persona ante los demás como un enfermo o incapacitado.
  • Igual que en el trastorno facticio autoimpuesto, quieren engañar, incluso sin que haya una recompensa o un beneficio tras el padecimiento de esa enfermedad.

Los pacientes con trastorno facticio son pacientes difíciles tanto para el médico como para el psicólogo. Son pacientes que solicitan múltiples procedimientos y análisis de forma innecesaria. Entre un 0.6 y un 1.3% de los ingresos hospitalarios se producen por este trastorno. Además, estos ingresos son más frecuentes en hombres de edad media que en mujeres, aunque este trastorno sea más frecuente en mujeres.

En conclusión, para realizar un buen diagnóstico de este tipo de trastornos es muy importante que se aborde el caso desde un equipo multidisciplinar, para que pueda haber comunicación entre las distintas disciplinas de la salud que ayudan a la persona. Además, se desconocen las causas del trastorno facticio, pero pueden estar muy relacionadas con la dependencia porque la persona busca la atención constante de los demás desde el rol de enfermo.

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