TRASTORNOS MENTALES

¿Te tocas el pelo de forma inconsciente? Podría ser tricotilomanía

Te explicamos qué es la tricotilomanía, cómo se clasifica y cómo se trata. Descubre si realmente tienes un trastorno obsesivo-compulsivo con el pelo de alguna parte de tu cuerpo.

Chica jugando con un mechón de pelo

Chica jugando con un mechón de peloPexels

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La tricotilomanía es un trastorno de conducta que se caracteriza por arrancarse el pelo de forma impulsiva. Puede ser el pelo de la cabeza, de las cejas, de las pestañas o de cualquier parte del cuerpo, aunque lo más habitual es que sea el de la melena.

En los casos más graves, el paciente se arranca el pelo directamente, pero es más probable que hayas conocido a personas que sufren este trastorno más leve y que lo que hace es estirar y retorcer el pelo de forma inconsciente, rompiéndolo o arrancándolo sin querer. Es algo que a estas personas les resulta irresistible.

Como indican en el blog de Sanitas, "es un trastorno de control impulsivo similar al de morderse las uñas", es más frecuente en las mujeres y suele iniciarse durante la infancia o adolescencia, entre los 6 y 17 años.

Origen

La primera referencia a la tricotilomanía la encontramos en los textos del médico francés Francois Henri Hallopeau, de 1889. Pero no fue hasta 1987 que se incorporó en la tercera edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales y en la última versión, se incluyó dentro de los trastornos obsesivos-compulsivos (TOC), tal como indica este texto de la Universidad Miguel Hernández de Elche.

Se trata de una palabra que proviene del griego: trichos (pelo), tylos (estirar) y manía (impulso).

Según apuntan en el espacio digital de los expertos médicos del laboratorio Cinfa, no se sabe con exactitud por qué sucede, pero señalan el estrés como principal desencadenante. Dicen que arrancarse el cabello es "una manera de regular la ansiedad y la tensión crecientes", pero también apuntan que hay "estímulos internos y externos" que pueden llevar a motivar este impulso, como situaciones de cansancio, aburrimiento, sedentarismo, relajación y distracción.

Por eso hay personas que se tocan el pelo mientras están delante del ordenador trabajando o cuando están hablando por teléfono.

Tipos de tricotilomanía

Según los expertos de Cinfa, la tricotilomanía se puede clasificar de dos formas distintas. La primera es según la etapa de la vida en la que aparece, pudiendo ser:

  • De comienzo precoz: cuando se manifiesta antes de los 8 años de vida. Normalmente, son episodios cortos y de carácter benigno.
  • De comienzo tardío: cuando se manifiesta en la adolescencia o adultez y se convierte en un trastorno crónico y discapacitante. "Los síntomas pueden presentarse de manera continua durante décadas o aparecer y desaparecer de manera intermitente durante periodos de semanas, meses o años".

Y también se puede diferenciar según el grado de consciencia del paciente. De esta forma diferenciamos tipos de trastornos:

  • Automáticos: no existe conciencia de lo que se está haciendo. Es la tricotilomanía más común, según Cinfa, afecta al 75% de las personas con este comportamiento obsesivo.
  • Conscientes: la persona sí sabe lo que está haciendo y se concentra en ello, pero es incapaz de evitar el impulso de arrancarse el cabello. "En este caso, hay un aumento de tensión que disminuye cuando se desprende el pelo".

Consecuencias

La tricotilomanía puede provocar la aparición de calvas y en algunos casos se llega a la calvicie completa. Y esto hace que se avergüencen de lo que hacen y que traten de esconderlo. Según el portal de Cinfa, pueden sufrir depresión, ansiedad e incomodidad por "la propia incapacidad de controlar el impulso de arrancarse el cabello" y por "la posible desfiguración de la imagen física".

Tratamiento

"Cuando la tricotilomanía se inicia antes de los seis años, esta suele desaparecer sin necesidad de tratamiento y en general suele parase antes del año. Sin embargo, en algunos casos puede ser necesario recurrir a un tratamiento farmacológico con apoyo psicológico", explican en el blog de Sanitas.

Entre los fármacos usados, los más habituales son los antidepresivos, aunque los expertos de Cinfa afirman que los estudios realizados son pocos y no concluyentes.

En cuanto a terapias psicológicas, estos mismos médicos señalan la terapia cognitivo-conductual, que ayuda a tomar conciencia del problema para poder ponerle freno. Y también la terapia cognitiva y la de aceptación.

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