EQUILIBRIO HORMONAL

La solución para perder grasa: controla tus hormonas

Andrea Ciudín, endocrina del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Vall d'Hebron, en Barcelona, nos ha aclarado cómo es de importante el equilibrio hormonal para evitar la acumulación de grasa.

Mujer midiéndose la cintura frente al espejo

Mujer midiéndose la cintura frente al espejoPexels

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Que las hormonas tienen un papel fundamental en el equilibrio de nuestro organismo, todas lo tenemos muy claro. ¿Pero qué papel juegan en la acumulación de grasa? Para sacarnos de dudas, desde NovaMás hemos contactado con la Dra. Andrea Ciudín, endocrina del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona.

No te pierdas el artículo que se desprende de nuestra conversación y conoce cómo afecta a la disposición del tejido graso nuestras hormonas.

Grasa subcutánea vs grasa visceral

Los legos en endocrinología podemos llegar a pensar que los michelines en la espalda, la grasa que se distribuye en nuestros brazos, cadera, piernas o abdomen son iguales. Pero nada más lejos de la realidad.

Según la Dra. en Endocrinología y Nutrición, Andrea Ciudín, "es importante diferenciar entre los tipos de grasa: la grasa subcutánea -la que hay debajo de la piel- y la grasa visceral -la que hay dentro de la barriga- porque desde el punto de vista metabólico son muy distintas".

"La grasa viscerales la mala porque favorece el hígado graso, la resistencia a la insulina, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y la que promueve el aumento de peso", advierte la Dra. Ciudín. "Esta grasa sintetiza por sí sola unas hormonas que se retroalimentan, mientras más grasa de este tipo acumules, generarás más hígado graso y, por tanto, más grasa visceral", recalca la endocrina.

"Lagrasa subcutánea, que se localiza -sobre todo- en las caderas y en los muslos, no tiene un impacto negativo sobre la salud, aunque estéticamente se ve, no genera problemas de inflamación ni de metabolismo", explica la Dra. Ciudín.

El cortisol, enemigo de la pérdida de peso

Cuando sufrimos periodos de estrés somos propensos a engordar. Algunas personas quizá reduzcan su ansiedad comiendo más y por ello justifican el aumento de peso en épocas de más nervios. Sin embargo, la hormona del estrés -que recibe el nombre de cortisol- juega un papel importante.

Según la Dra. Ciudín, "un exceso de cortisol hace aumentar de peso porque se modifica el balance energético". El cortisol da "energía extra" para asegurar que el organismo puede hacer frente a estos periodos y, por tanto, "el cuerpo no necesita extraer energía de lo que comemos y lo convierte en un depósito de grasa".

La insulina favorece el cúmulo de grasa

"La insulina es la hormona del crecimiento, por lo que favorece el cúmulo de grasa a nivel subcutáneo para hacer reservas de energía y que el proceso de crecimiento tenga combustible", cuenta la endocrina.

"En una situación de resistencia a la insulina, como pasa en la diabetes, hay niveles muy altos de insulina para mantener la glucosa en rangos normales", aclara la Dra. Cuidín. Ese es el motivo por el que las personas diabéticas son propensas a tener acumulaciones de grasa tanto a nivel subcutáneo como en el hígado.

La menopausia: claro ejemplo de desequilibrio hormonal

Cuando una mujer entra en la menopausia ve cómo su cuerpo cambia a muchos niveles.

"En cuanto a la regulación hormonal se refiere, en esta época la mujer sigue fabricando testosterona -la hormona masculina- y también estrógenos -la femenina- pero en mucha menos proporción esta última", explica la Dra. Ciudín.

Este desequilibrio es el motivo por el que una mujer después de la menopausia comienza a ganar peso y, la mayor parte de este se acumula en la barriga. "La disminución de los estrógenos en una mujer favorece el aumento de grasa visceral y, por ende, el aumento de grasa abdominal", explica la endocrina. Y añade "la reducción de la testosterona provoca el aumento de grasa también a nivel periférico -en brazos y pechos-".

Un ejemplo lo podemos encontrar en los varones que tienen obesidad, dado que "ven como se reduce su nivel de testosterona porque su tejido graso se convierte en hormonas femeninas", explica la Dra. Ciudín. Este proceso hace que el hombre empiece a acumular grasa por todas las partes de cuerpo, sobre todo en piernas y brazos.

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El organismo es tan complejo que él solo regula las funciones hormonales y la distribución del tejido graso. Si estás pensando en acudir a la consulta de un especialista para que te prescriba más o menos hormonas para reducir la grasa localizada, ¡olvídate! Conseguir un equilibrio hormonal no es una tarea fácil porque "no se puede hacer un tratamiento exógeno", confirma la endocrina. "Lo más adecuado es llevar una vida saludable para que cada persona tenga las hormonas equilibradas", concluye.

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