Siete alimentos que provocan que huelas mal

Siempre se ha dicho que somos lo que comemos y en parte a esa frase no le falta razón, ya que nuestra alimentación afecta a nuestro estado físico, anímico, a la energía que nos hace aguantar los largos y ajetreados días, e, incluso, altera nuestro olor.

El sudor que producimos no tiene un aroma concreto, sino que este adquiere un olor cuando entra en contacto con la piel y sus bacterias haciendo que pueda adquirir una fragancia poco deseada. Los químicos que genera nuestro organismo pueden tener una repercusión negativa en cómo olemos, ¿lo sabías?

Dependiendo cuál sea la dieta y los alimentos que consumamos nuestro sudor pude emanar con un perfume más o menos fuerte o notable. Los productos que comemos pueden aportar nutrientes, pero también tienen una serie de consecuencias que no son conocidas por todos, ya que no tienen el mismo efecto en las personas, sino que afecta diferente a cada una de ellas.

Una higiene correcta es fundamental para tener un perfume agradable y natural sin necesidad de utilizar colonias o lociones, por eso es importante saber que el olor corporal no solo depende de cuánto nos duchemos, sino que también varía según qué comemos.

La piel cuenta con componentes como el azufre, en el caso de las mujeres, o ácidos en el de los hombres, que, al mezclarse con las bacterias de la dermis producen que el sudor pueda tener un olor similar a la cebolla o al queso. Es curioso que estos aromas sean también los de unos alimentos que consumimos frecuentemente lo que hace que si los comemos mucho también repercutan.

Los lácteos son por tanto unos alimentos que pueden provocar que se huela mal si se ingieren en exceso. Aunque no son los únicos, si suelen ser los más habituales dentro de la dieta de los españoles, uniéndose a ellos otros comestibles que seguramente tomas a diario y que no sabías que podían modificar tu olor, e incluso ser culpables del hedor, pero ¿cuáles son?

En primer lugar, el ajo, al tener en su composición una alta cantidad de sulfuro, óxidos y azufre, elementos que están también en nuestro organismo, pueden transpirarse por los poros y crear un fuerte olor.De igual manera sucede con la cebolla, que al igual que el ajo, también contiene sulfato óxido

El exceso de consumo de bebidas alcohólicas también puede producir que nuestro sudor huela de forma característica, siendo también uno de los principales elementos contraindicados para el cuidado de nuestra piel, ya que es uno de los factores que pueden acelerar el proceso de envejecimiento haciendo más evidente el paso del tiempo.

Las carnes rojas provocan que el cuerpo tenga que quemar grasas y hacer un mayor trabajo para metabolizarlos, obligando al aparato digestivo a aumentar su esfuerzo. Esto genera aromas que pueden ser segregadas por la piel, cosa que también sucede con los hidratos de carbono refinados, que no aportan la dosis de fibra que nuestro organismo necesita, siendo esta, junto al agua y la hidratación que supone, una de las protagonistas para reducir la huella del olor.

En último lugar, existen ciertas especias como el curry, el comino y la cúrcuma, que si se ingieren en grandes cantidades, pueden filtrarse a nuestra piel y hacer que nuestro sudor huela a ellas. Esto ocurre más otros países donde es común incluirlos en las recetas, aunque los platos ya traspasen las fronteras y estén incluidos en nuestras dietas.

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