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SUPLEMENTOS ALIMENTICIOS

¿Es realmente necesario tomar complementos para que nuestro cuerpo funcione bien?

Con la llegada del otoño empezamos a replantearnos la toma de suplementos alimenticios con el objetivo de cubrir algunas necesidades pero, ¿hace falta?

Suplemento alimenticio

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Tenéis el coche en la reserva, se va a parar… Esto va a traer problemas. Llegáis a tirones a la gasolinera y, por fin: lleno, por favor. Salta el resorte porque ya está a tope, pero es otoño, o primavera, o estáis estudiando y decidís continuar añadiendo gasolina. Se empieza a desbordar, pero da igual “mejor que sobre a que falte” y seguís derramando gasolina por el suelo mientras el contador de litros (y euros) sigue subiendo. No tiene sentido ¿verdad? Pues eso hacemos con los suplementos vitamínicos en pastillas.

Qué importantes son las vitaminas y minerales, imprescindibles para que nuestro cuerpo funcione correctamente. La avitaminosis es un problema serio que puede acarrear consecuencias y enfermedades como raquitismo, anemia, ceguera nocturna… A todos nos suena el escorbuto por la falta de vitamina C o el beriberi por falta de B1. No hay debate con esto, la falta de vitaminas trae problemas.

Examen médico suplementos nutricionales
Examen médico suplementos nutricionales | Envato

¿Mejoran el estado de salud los complementos?

Conseguimos vitaminas. ¿De dónde? Pues claro, del mercado. Los alimentos (sobre todo, frutas, verduras, legumbres, huevos, cereales, carne, pescado) nos facilitan el acceso a vitaminas, minerales y macronutrientes como los hidratos de carbono, grasas, proteínas… Más sencillo no puede ser, la verdad.

¿Algún alimento es especial? Ninguno, todos, los que queráis.

- “Es que a mí las judías verdes no me gustan”

- Pues no las comas, ya que hay otras verduras para poder comer.

- Vale, pero es que no sé cuántas vitaminas tengo que comer.

- Para tener una orientación, tenemos los valores de referencia nutricional, cantidad diaria recomendada o ingesta recomendada. Pero es sólo una orientación para un adulto con una dieta de 2000 kcal. ¿Tú cuántas consumes?

- No lo sé.

- Ni falta que hace, del mismo modo que no hace falta que revises exactamente la cantidad de vitaminas que estás ingiriendo, simplemente comer normal, alimentos y no productos.

Esta conversación podría terminar aquí y el artículo debería finalizar también, pero no. Lo que habitualmente ocurre es que “por si acaso”, “porque es otoño” o “porque estoy estudiando” o “en septiembre se me cae más el pelo”,recurrimos a suplementos vitamínicos que, además de costar una pasta, ya os adelanto que mejoran más bien poquito nuestro buen funcionamiento.

Complemento
Complemento | Envato

¿En qué ocasiones sí funcionan?

Sí hay casos concretos en los que, analítica mediante, los profesionales sanitarios recomiendan suplementos de hierro, vitaminas… Tales pueden ser un déficit en alguna vitamina, casos concretos en embarazo o dificultades para ingerir alimentos. Pero, repito, analítica mediante. En casos, digamos, normales, no es necesario suplementar con pastillas. No están indicadas para toda la población porque tenemos nuestras necesidades más que cubiertas con la alimentación.

- Mal no le hará y es que el crío no come nada.

- Lo que hay que buscar es por qué no come nada. (Que lo mismo sí que come, pero no la misma cantidad que un adulto o lo mismo le llenas de productos insanos y luego las lentejas pa´ti). Antes de suplementar, consulta con un profesional.

El “mal no le hará” es un argumento tan típico que suena hasta bien. Debemos tener claro que la falta de vitaminas conlleva enfermedades, pero el exceso no cura, ni previene. Lo que previene es tener la cantidad necesaria obtenida de los alimentos.

Existen dos tipos de vitaminas, hidrosolubles (C, ácido fólico, B12… vamos, todo el grupo B) y liposolubles (A, E, D, K). El exceso de hidrosolubles se eliminará por la orina a lo largo del día, aunque nos podemos encontrar con algunos síntomas como temblor de manos, por ejemplo, con las del grupo B. Con valores muy elevados de vitamina C durante muchísimo tiempo podemos sufrir cálculos renales (y vosotros pensando aún que cura el resfriado). Las liposolubles se acumulan un poco más y tardarán algo más en eliminarse.

Por suerte, los rangos de seguridad son amplios. Los de vuestros bolsillos… No lo sé.

Así que, vitaminas, sí, siempre. Complementos: sólo cuando sea realmente necesario.

El coche sin gasolina no funciona, nuestro cuerpo sin vitaminas tampoco. Con más gasolina no corre más, nosotros tampoco. No en vano decían que los alimentos son nuestra gasolina. Y decían alimentos, no complementos.

Ahora ya tenéis la información, en vuestra mano está la decisión.

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