FOMENTA SU CREATIVIDAD

¿Por qué no hay que guiar a los niños cuando dibujan o hacen manualidades?

Recortar, pegar y dibujar es divertido, pero la manera en que planteamos las manualidades cambia por completo lo que los niños aprenden de ellas.

Niños pintando

Niños pintandoFreepik

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Las manualidades son una de las actividades favoritas de los niños. Pintar, recortar, pegar o moldear se convierte en un juego que entretiene, relaja y despierta la curiosidad. Sin embargo, la manera en que se plantean estas actividades marca una gran diferencia en el desarrollo de su creatividad y de sus habilidades cognitivas.

Con frecuencia, los adultos organizamos manualidades utilizando un modelo rígido o una plantilla: "recorta aquí", "hazlo igual que la muestra", tiene que quedar así". De este modo, los pequeños centran toda su atención en copiar y no en crear. El resultado puede ser una figura muy parecida al ejemplo, sí, pero lo que se pierde en el camino es aún más valioso, la posibilidad de experimentar, equivocarse y encontrar soluciones propias.

La cuenta @thinksforkids con una comunidad de más de 170.000 seguidores, nos explica que cuando se deja a un lado el patrón fijo y se permite a los niños manipular los materiales libremente, se abre un mundo de posibilidades. Colores, texturas, formas y combinaciones inesperadas se convierten en vehículos de expresión personal. Cada papel recortado, cada mancha de pintura y cada figura improvisada es un reflejo de su mundo interior, no una réplica del de otro.

Más que creatividad: es aprendizaje

Fomentar las manualidades libres no solo impulsa la imaginación. También fortalece lo que en psicología se llaman funciones ejecutivas, un conjunto de habilidades mentales esenciales para aprender, tomar decisiones y adaptarse a la vida diaria. Entre ellas destacan:

1. Flexibilidad cognitiva

Cuando un niño descubre nuevas maneras de usar un mismo material, por ejemplo, convertir un rollo de cartón en un telescopio o en la torre de un castillo, aprende que existen múltiples soluciones posibles, no una única correcta. Este tipo de pensamiento flexible está directamente relacionado con la creatividad, pero también con la capacidad de adaptarse a los cambios.

2. Toma de decisiones y resolución de problemas

Si algo no resulta como esperaba, el pequeño debe buscar alternativas. Puede que la figura se rompa o que el color no combine como imaginaba, pero de esa experiencia nace el aprendizaje, ayuda a tolerar la frustración, probar de nuevo y ajustar el plan inicial. Por eso es tan importante ofrecer variedad de materiales y libertad para decidir cómo utilizarlos.

3. Memoria de trabajo

Mientras manipula los materiales, el niño mantiene en mente la idea que quiere plasmar, un dragón, una nave espacial o un invento imposible. Esa capacidad de sostener un objetivo mientras se ejecuta una tarea es fundamental para el rendimiento escolar y para la vida cotidiana.

4. Planificación

En cada manualidad libre también hay un proceso de organización interna: qué quiero hacer, en qué orden lo haré y con qué recursos. Aunque lo hagan de manera intuitiva, los pequeños aprenden a anticipar necesidades antes de empezar. Esa habilidad de planificar se convertirá más adelante en una herramienta clave para el estudio y el trabajo.

Niña pintando
Niña pintando | Freepik

Cómo plantear las manualidades en casa o en el aula

La clave está en cambiar el enfoque. No se trata de eliminar las instrucciones por completo, sino de transformar la propuesta para que despierte la curiosidad y dé margen a la experimentación. En lugar de decir: "Hoy vamos a hacer una mariposa. Todos recortan estas alas y las pintan igual que el modelo", podemos proponer: "Hoy jugamos con papeles de colores, tijeras y pegamento. ¿Qué se te ocurre hacer? Puede ser un animal, una casa, un invento o algo que solo exista en tu imaginación".

Este simple cambio abre la puerta a la exploración y evita que el resultado se limite a una réplica. Algunos crearán un monstruo de tres cabezas, otros un barco pirata y otros, quizás, una mariposa, pero diseñada a su manera.

Niños pintando
Niños pintando | Freepik

Consejos prácticos para fomentar la creatividad

  • Variedad de materiales: no hace falta gastar mucho. Cartones, revistas viejas, telas, hojas secas o tapones de botellas pueden convertirse en tesoros para los niños.
  • Espacio seguro: prepara una mesa o un rincón donde puedan mancharse, recortar o pegar sin miedo a “estropear”.
  • Valora el proceso, no el resultado: felicítalos por sus ideas, por probar combinaciones nuevas, por su esfuerzo. El objetivo no es que la manualidad quede “bonita”, sino que haya sido una experiencia creativa.
  • Participa sin dirigir: acompáñalos, haz preguntas, comenta lo que ves, pero evita corregir o dar instrucciones demasiado cerradas.
  • Celebra la originalidad: cada obra, por más sencilla o caótica que parezca, es única y tiene detrás un proceso de pensamiento valioso.

Las manualidades sin reglas nos recuerdan algo fundamental, y es que la infancia no necesita perfección, sino oportunidades para descubrir, inventar y expresarse. Cuando damos a los niños libertad creativa, no solo desarrollan su imaginación, también aprenden a confiar en sí mismos, a resolver problemas y a mirar el mundo con ojos curiosos.

Y es que, al final, la magia no está en recortar siguiendo la línea perfecta, sino en atreverse a dibujar la suya propia.

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