Con amigos, mejor
Por qué ir de festival con tu pareja no es una buena idea
El Primavera Sound, el Sonorama, el Low Fest, el de música celta en Ortigueira, el de Jazz en San Sebastián, el de reaggue en Alicante, el Tomorrowland de Bélgica… seas del festival de seas, vivirlo en pareja es algo que no te recomendamos.
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Da igual que lleves muchos años, que lleves pocos, que acabéis de empezar o que sea vuestro décimo aniversario. Si lo quieres disfrutar de verdad, ¡acude con amigos!
Por qué debes acudir a un festival con amigos
No vamos a hablar de engañar a la pareja, no. Nuestras recomendaciones van por la diversión, el juego, el distinto ritmo, y los gustos musicales. Porque puede que tú seas una enamorada del Jazz, pero que tu pareja al tercer acorde se quiera morir. Acude a San Sebastián con amigos, porque no hay nada peor que tener al lado a alguien que odia esa música. Y durante varios días… te odiará a ti también.El calor en una tienda de campaña pone a prueba a la pareja más sólida. El calor es lo peor del mundo. Y si estás de resaca en una playa a las 11 de la mañana… quieres que el mundo desaparezca y, por ende, la persona que tienes al lado. A tus amigas les puedes decir que te dejen en paz, que necesitas estar sola, que te vas al bar a desayunar o que te vas a hacer amigos a la sombra. Pero a tu pareja… Pues no, y menos si lleva bien el calor y no le importa cocerse a fuego lento a la luz del verano intenso. Eso sí, también puedes optar por las versiones más Premium que son los bungalows, con su sombra, su cama….
Una noche de fiesta, un día de fiesta, pero cuatro… Puede que la vida hippy te guste, que te encanta el rollo de los amigos de tu pareja, el flow, los timbales, los malabares, fumar a la luz de las estrellas en un bosque gallego, los cantautores que conocen y viven de tocar en el metro… pero al segundo día estás hasta el moño de la vida hippy. Sí, la música está bien, pero un rato. Y no se puede debatir tanto tiempo sobre el bien, el mal, el capital y la caverna de Platón.
La música electrónica te flipa, pero pasarte tres días apretada como en el metro viendo luces de colores y destellos hasta que colapses… pues mira… no. Una noche de fiesta en Ibiza, pues ni tan mal. Irte a Bélgica al mayor festival de música electrónica para ver cómo todo el mundo va pasadísimo de química… pues mira… tampoco. Y lo de hacer pre compra, pre lista, pre espera y cruzar los dedos y que se crucen los astros para encontrar entrada… pues tampoco. Que el verano está para disfrutar, no para gastarte todo el presupuesto en tres días.
Cuánto más de moda está un festival, mayor es la decepción, sobre todo si llevas años escuchando hablar de ese festival y el año que acudes es el año que bate récords de visitantes… Mira, mejor quédate en casa, y sigue a tus amigos por Instagram, porque ir para hacerte la foto pero sin que te guste ni un solo grupo y todo por el ‘hay que ir’… es hora de invertir tu tiempo en algo más provechoso y, sobre todo, dejar disfrutar a los fans del festival como merecen, como el evento que para ellos es.
Reconoce que lo de no ducharte en varios días, cansada, de resaca, sin comer bien… al segundo día, de verdad, quieres irte de allí. Todos los festivales han evolucionado, aunque los amantes de los recuerdos seguirán recordando el Viña Rock en Villarrobledo como el gran evento que era, y el primer Primavera Sound con la épica de los diferentes escenarios. Aprovecha que hay boom, que cada ciudad tiene uno, y si de verdad no encuentras el que te gusta… mira, pírate a otro sitio y guárdate ese fin de semana para ti.
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