MUCHO ESTRÉS

Por qué discutimos más en Navidad y cómo evitarlo

La Navidad es una época cargada de ilusión… pero también de presión. Aunque socialmente la asociamos a alegría y armonía, casi la mitad de las personas reconoce sentirse más estresada durante estas fechas.

Estrés en Navidad

Estrés en NavidadiStock

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Cuando el estrés sube, la convivencia se resiente: no porque "la Navidad provoque discusiones", sino porque llegamos a estas reuniones con menos paciencia y más cansancio del habitual.

La Navidad promete calma, conexión y buenos momentos, pero esa imagen idealizada no siempre coincide con la realidad emocional que vivimos. Los estudios disponibles no miden directamente si "discutimos más", pero sí demuestran algo clave: la Navidad aumenta el estrés de una parte importante de la población, y ese estrés es un factor que puede favorecer tensiones en las relaciones.

Familia disfrutando de la Navidad
Familia disfrutando de la Navidad | Freepik

A continuación, se explica qué sabemos con datos reales y cómo utilizar esa información para evitar conflictos.

El estrés navideño: un fenómeno medido

Los datos más sólidos provienen de encuestas nacionales e internacionales:

  • American Psychological Association (APA, 2023): el 41% de los adultos en Estados Unidos afirma que su nivel de estrés aumenta durante la temporada navideña.
  • España, Estudio Sigma Dos para IKEA (2023): un 49,3% de los españoles reconoce que experimenta estrés en algún momento durante las fiestas navideñas. Además, un 24,6 % declara haber tenido problemas relacionados con su salud mental durante ese periodo (como ansiedad o sobrecarga emocional).

Estos datos muestran que entre 4 y 5 de cada 10 personas vive las fiestas con un aumento significativo de estrés.

Una mujer con cara de disgusto en Navidad
Una mujer con cara de disgusto en Navidad | Freepik

¿Por qué este estrés puede generar más roces?

Desde la psicología, sabemos cómo el estrés influye en la convivencia. Algunas de las causas se describen a continuación:

  • Llegamos más cansados de lo habitual: el final de año suele coincidir con cierres laborales, acumulación de tareas, compras, organización de eventos y desplazamientos. Esto reduce nuestra capacidad de autorregulación emocional: con menos energía, reaccionamos antes y toleramos menos.
  • Las expectativas son más altas: no es un dato cuantitativo, pero sí un fenómeno ampliamente descrito: muchas personas esperan que la Navidad "salga perfecta". Cuando la realidad no coincide con esa expectativa, aparece frustración, que puede derivar en tensión.
  • La convivencia es más intensa: durante el resto del año no solemos pasar tantas horas seguidas con la familia extensa. La falta de espacio personal puede activar viejas dinámicas o desacuerdos latentes.

Además, existen factores dentro de la convivencia que pueden dar pie a mayor probabilidad de discutir. Estos elementos forman un caldo de cultivo para la irritabilidad, especialmente cuando coinciden con cansancio y expectativas elevadas:

  • Los gastos extra.
  • La compra de regalos.
  • La preparación de comidas y eventos.
  • La organización familiar y logística.
Una mujer estresada en Navidad
Una mujer estresada en Navidad | iStock

Cómo reducir tensiones y evitar discusiones

Sabiendo que en estas fechas el estrés aumenta y la exigencia emocional también, estas son estrategias útiles y realistas:

  • Ajusta tus expectativas: recuerda que casi la mitad de las personas llega estresada a estas fechas. No esperes perfección: espera humanidad y practica la flexibilidad.
  • Planifica sin sobrecargarte: reducir tareas, delegar y anticipar compras disminuye los principales factores de estrés identificados por los estudios.
  • Habla antes con tu pareja o familiares de confianza: poneros de acuerdo en posibles límites, temas sensibles o maneras de apoyaros si algo se tuerce.
  • Usa pausas estratégicas: antes de contestar desde la irritación: sal un momento, respira, cambia de ambiente. La regulación emocional mejora con micro-pausas.
  • No entres en provocaciones: si surge un comentario incómodo, una frase sencilla como "prefiero no hablar de esto hoy" puede evitar una escalada. Recuerda que no se trata de no hablar de los temas importantes, sino de elegir el momento adecuado.
  • Cuida tu descanso y tu energía: dormir mejor, comer con regularidad y evitar sobrecargas físicas o sociales reduce la probabilidad de reaccionar de forma impulsiva.

Los datos muestran que la Navidad aumenta el estrés, no que automáticamente aumenten los conflictos. Pero el estrés sí es un facilitador. Verlo así permite soltar culpa, reducir expectativas y elegir conscientemente cómo queremos relacionarnos en estas fechas.

Es importante ser conscientes de que la Navidad no necesita ser perfecta para ser significativa. Con realismo, autocuidado y comunicación clara, es posible vivirla con más tranquilidad… y menos discusiones.

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