UN BUEN DESCANSO
Qué cenar (y qué no) si tienes problemas para dormir
La Dra. Sofía Rodríguez Moroder explica qué alimentos ayudan a conciliar el sueño y cuáles conviene evitar si quieres descansar bien. Su receta para dormir mejor empieza mucho antes de apagar la luz: en la cena.

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Dormir bien se ha convertido en un lujo para muchos. Con la cantidad de estímulos que tenemos en la actualidad, los problemas para conciliar el sueño y el insomnio se disparan. Y aunque solemos mirar al estrés o a las pantallas como los grandes culpables, los expertos recuerdan que el menú de la noche también puede marcar la diferencia. Tal vez la clave para dormir mejor no esté en una nueva rutina de sueño, sino en lo que pones en tu plato.

La doctora Sofía Rodríguez Moroder, directora de la Clínica Craneosalud y especialista en patología del sueño, propone una visión más completa del descanso. "El cuerpo es un sistema interconectado. Lo que comemos no solo nos nutre, también influye en cómo dormimos", explica. Por eso, sostiene que una cena bien pensada puede ser el mejor "reinicio" para el organismo.
Alimentos que favorecen el sueño
Según la doctora, el secreto está en apostar por alimentos que favorezcan la relajación y ayuden a producir las hormonas del sueño. Uno de los más importantes es el triptófano, un aminoácido presente en el pavo, el pollo, los huevos y los lácteos. "Tomar un vaso de leche caliente antes de dormir puede ayudar a preparar al cuerpo para el descanso", apunta.

El magnesio también juega un papel clave, ya que actúa como un relajante natural. Se encuentra en alimentos como las espinacas, las acelgas, las almendras o las semillas de calabaza. Y no hay que olvidar los carbohidratos complejos, como la avena o el arroz integral, que facilitan que el triptófano llegue al cerebro y se transforme en melatonina.
Para quienes buscan un toque dulce sin alterar el sueño, las cerezas y los plátanos son opciones ideales. Las primeras aportan melatonina de forma natural, mientras que los segundos ayudan a relajar los músculos gracias a su contenido en potasio.

Lo que conviene evitar antes de acostarse
Tan importante como elegir bien qué comer es saber qué dejar fuera del plato. En este sentido, los ultraprocesados son uno de los principales enemigos del sueño. "El cuerpo reduce su ritmo por la noche. Si lo llenamos de azúcares y grasas, le enviamos señales contradictorias", advierte la especialista. Además, pueden provocar digestiones pesadas y despertares nocturnos.
El alcohol es otro falso aliado. Aunque al principio puede generar somnolencia, interrumpe las fases más profundas del descanso. El resultado es un sueño fragmentado y una sensación de cansancio al despertar.
Y si la cena es muy grasa, abundante o picante, el sistema digestivo tendrá que trabajar mientras intentas dormir. Esto puede causar acidez, reflujo y esa incomodidad que impide alcanzar un sueño profundo y reparador.

Dormir bien empieza en el plato
Para la doctora Rodríguez Moroder, la calidad del sueño influye directamente en muchos trastornos, como el bruxismo o el dolor mandibular. "Cuando un paciente duerme mal, los músculos se tensan y el problema empeora. Pero al mejorar el descanso con una alimentación adecuada, los síntomas se reducen notablemente", explica.
En definitiva, no se trata solo de descansar, sino de permitir que el cuerpo entre en su modo de reparación natural. Porque, como recuerda la experta, el bienestar nocturno también se cocina.
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