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Los 6 principales errores que cometemos al besar

Nadie duda que un primer beso es un momento complicado: la mayoría procuramos defendernos lo mejor posible, para que ese chico o chica al que unimos nuestros labios nos ponga buena nota. Es el primer paso hacia nunca se sabe qué destino, y queremos dejar un buen sabor de boca. Aunque las sensaciones son subjetivas, estos son los 6 tipos de beso con más detractores.

Besos

BesosAgencias

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1. La babosa

¿Conoces esa sensación de tener toda la zona baja de la cara llena de saliva al terminar de dar un beso? Te encantaría poder secarte con la manga del jersey para desprenderte de esa desagradable sensación, pero no quieres resultar maleducado. Si no te limpias, toda la zona que en un primer momento notas húmeda quedará seca, pegajosa y tirante, y deberás pasar por el lavabo si no quieres ir luciendo media máscara blanca. Alguien debería decir a esos besantes que controlen ese exceso de lubricación bucal.

2. La serpiente

En el beso los labios deben ser protagonistas, pero hay quienes confunden un acto cargado de ternura, sentimiento y complicidad con una competición por ver quién llega más lejos con su lengua. Dejan su bocaza abierta, ladeada e inmóvil y dedican todos sus esfuerzos a meter la lengua hasta el fondo y sacarla, de forma ininterrumpida y a gran velocidad. No se esfuerzan ni en sentir la tuya a su paso, actúan con independencia, van a lo suyo. Y lo peor y más increíble es que no dejas de encontrártelos después de la adolescencia: permanecen fieles a su técnica hasta la vejez.

3. El castor

Una cosa es un mordisquito tierno, delicado, expresión del deseo contenido, que le permita entender al otro que te sientes cómodo y que te encantaría entregarte por completo… Y otra muy distinta un bocado con el que parezca que quieres arrancarle la lengua y hasta masticarla. Puedes estar seguro de que el grito que escuchas tras apretar tus dientes no es de placer. Cuidado también con dejárselos marcados en la cara en tu esfuerzo por alcanzar su garganta con tu lengua. De verdad, no es erótico ni necesario.

4. La taladradora

Dicen que ‘lo bueno, si es breve, dos veces bueno’, pero si es breve y repetido hasta el exceso, puede desembocar en el aburrimiento y el hartazgo. Nadie se va a sentir más querido si le taladras a piquitos. Hay un número que no deberías sobrepasar si no quieres resultar pesado. Procura que ese momento llegue antes de que los labios de tu contrario dejen de funcionar por entumecimiento.

5. La efigie

Seguro que tú también te has topado con una de esas personas que no sabes si te está besando o se ha quedado dormido. Tienes la sensación de estar besando a un muñeco, porque eres el único que mueve los labios en ese acto. No hemos llegado a entender si el problema de ese grupo de besantes inmóviles es que preferirían ahorrarse ese paso, si les da pereza o tienen miedo a hacerlo mal y por ello prefieren dejarte a ti toda la responsabilidad. Lo que tenemos claro es que no resulta agradable estar en el otro lado.

6. La cloaca

Quienes desconocen el cepillo de dientes suelen llevarse una sorpresa aún más desagradable que los cinco anteriores. Se preguntan por qué ninguna de sus conquistas repite, y deben de faltarles buenos amigos que les aconsejen sobre su higiene bucal. Si eres fumador, procura que la persona a la que besas también lo sea; de lo contrario, correrá despavorida con la sensación de haber masticado las colillas de un cenicero.

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