QUE NO CUNDA EL PÁNICO
Paracetamol y autismo: lo que dice Trump y lo que dice la ciencia
Trump ha asegurado que el paracetamol en el embarazo causa autismo. La ciencia, en cambio, muestra que no hay pruebas sólidas de que el paracetamol provoque autismo y que los estudios apuntan a otros factores detrás de esa supuesta relación.

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A estas alturas ya sabemos que Donald Trump tiene un talento especial para soltar frases que hacen ruido. La última: que tomar paracetamol durante el embarazo puede causar autismo en los niños. Una declaración de esas que dejan a cualquiera con el café atravesado y a muchas embarazadas con el corazón en un puño (y quizá alguna madre sintiéndose culpable sin motivo).
Pero antes de que cunda el pánico, respira. Vamos a poner orden, porque lo que dice la ciencia y lo que dice la política no siempre coinciden.
La culpa siempre busca a alguien
Cuando hablamos de autismo, todavía no tenemos todas las respuestas sobre sus causas. Y eso abre la puerta a que surjan teorías simplistas. Ya pasó con las vacunas, que injustamente se convirtieron en el blanco de todas las miradas durante años. Ahora, el turno es para el paracetamol.
La explicación es tentadora: un medicamento muy utilizado durante el embarazo, una condición que genera preocupación, y una relación aparente que parece cuadrar a la perfección. Pero la realidad, como casi siempre en ciencia, es bastante más compleja.

Lo que los estudios realmente dicen
Algunos trabajos han observado que las mujeres que tomaron paracetamol en el embarazo tenían hijos con un poco más de probabilidades de ser diagnosticados con autismo u otros trastornos del neurodesarrollo. Eso, leído sin contexto, suena alarmante.
Sin embargo, cuando los científicos analizan los datos en detalle, las cosas cambian:
- Al comparar hermanos —unos expuestos al paracetamol y otros no—, esas diferencias desaparecen. Eso sugiere que lo que estaba detrás no era el medicamento en sí, sino otros factores compartidos: genética, ambiente, estilo de vida, incluso el motivo por el que la madre tomó el fármaco.
- En el estudio Acetaminophen Use During Pregnancy and Childrens Risk of Autism, ADHD, and Intellectual Disability publicado en JAMA en 2024 Se estudiaron casi 2,5 millones de niños suecos nacidos entre 1995 y 2019, con seguimiento hasta 2021. En él se registró si sus madres usaron acetaminofén (paracetamol) durante el embarazo, combinando registros de atención prenatal (entrevistas, seguimiento) y datos de recetas. También rastrearon diagnósticos médicos de autismo, trastornos por déficit de atención/hiperactividad TDAH y discapacidad intelectual en esos niños.
Aplicaron diferentes tipos de análisis, incluyendo uno muy importante: la comparación entre hermanos, para intentar controlar factores genéticos o ambientales compartidos que podrían confundir los resultados.

Qué encontraron
En los análisis generales sin controlar hermanos, hubo una leve asociación: los niños cuyas madres usaron paracetamol mostraban un riesgo algo mayor de autismo, TDAH o discapacidad intelectual comparados con los que no lo usaron
Pero cuando hicieron el análisis entre hermanos, esas asociaciones se disolvieron prácticamente: no encontraron aumento de riesgo en autismo, ADHD ni discapacidad intelectual en los hermanos expuestos vs no expuestos
También analizaron si había relación dosis-respuesta: es decir, ¿más acetaminofén = más riesgo? En los análisis entre hermanos, no aparecía esa relación clara.
Qué significa esto
Que esos resultados apoyan la idea de que los aumentos de riesgo detectados en otros modelos podrían deberse a confusión familiar: factores genéticos, ambientes compartidos, razones por las que la madre tomó el medicamento (como fiebre, infección, dolor) que en sí mismos podrían aumentar el riesgo.
No se encontró una prueba de que el paracetamol cause autismo o los otros trastornos; más bien, los datos sugieren que las asociaciones observadas antes probablemente estén influenciadas por esos otros factores.
Y cuando los resultados no son consistentes, la ciencia no puede afirmar que exista una relación de causa y efecto.

El paracetamol: ese viejo conocido
El paracetamol lleva más de medio siglo en nuestros botiquines. Se utiliza a diario para tratar dolor y fiebre, y en el caso del embarazo, es uno de los pocos analgésicos que los médicos recomiendan con tranquilidad. No porque sea perfecto, sino porque su perfil de seguridad es mejor que el de otros medicamentos.
¿Significa eso que se puede tomar sin control? Tampoco. La recomendación siempre ha sido la misma: usarlo en la dosis mínima eficaz, durante el menor tiempo posible y, en el caso de un embarazo, bajo la supervisión médica.
Lo que sí sabemos con seguridad es que una fiebre alta no tratada durante el embarazo puede ser peligrosa para la madre y para el bebé. En ese caso, no tomar nada puede ser más dañino que tomar un paracetamol.
La diferencia entre ciencia y titulares
La ciencia no habla en titulares llamativos, habla en matices. Va despacio, acumula pruebas, revisa y corrige. Puede parecer aburrida, pero es lo que nos mantiene seguros.
En cambio, las declaraciones políticas buscan impacto. Un "el paracetamol causa autismo" es fácil de recordar, rápido de compartir y genera un buen puñado de comentarios. El problema es que no es cierto, y en el camino deja un reguero de miedo y culpa.
Las madres embarazadas no necesitan que les carguen más mochilas de responsabilidad ni de angustia. Bastante tienen ya con el propio embarazo como para añadir la sombra de que un simple analgésico pueda "provocar" algo tan complejo como el autismo.
El papel de los bulos en salud
Los bulos siempre tienen un patrón: mezclan una parte de verdad con una gran dosis de exageración. Sí, existen estudios que han mirado la relación entre paracetamol y autismo. Pero no han encontrado pruebas claras de causalidad. Esa es la parte de verdad.
La exageración viene al convertir esos resultados en una afirmación rotunda: "El paracetamol causa autismo". Y ahí está el problema. Porque un mensaje así, aunque sea falso, se difunde como la pólvora.
El resultado: desinformación, miedo y, lo que es peor, decisiones equivocadas. Personas que dejan de tratarse una fiebre, un dolor o un malestar por temor a dañar a su bebé, cuando en realidad lo que ponen en riesgo es justo lo contrario.

Entonces, ¿qué hacer?
- Si estás embarazada y necesitas un analgésico, el paracetamol sigue siendo una de las opciones más seguras.
- No te dejes arrastrar por titulares alarmistas ni por discursos políticos.
- Consulta siempre con tu médico o tu matrona, que son quienes tienen la información más fiable y adaptada a tu caso.
- Y recuerda: no hay pruebas sólidas de que el paracetamol cause autismo.
La historia se repite: alguien busca un culpable sencillo para un problema complejo, y el eco mediático hace el resto. Pero ni el paracetamol ni las vacunas son "enemigos ocultos". El enemigo real es la desinformación.
La próxima vez que escuches algo que suena a conspiración o a "descubrimiento médico" inesperado en boca de un político, haz una pausa. Ponlo en cuarentena, espera a ver qué dice la ciencia y recuerda que el miedo nunca fue buen consejero.
Porque lo que de verdad protege a madres, bebés y a toda la sociedad no son los rumores, son los datos y la evidencia científica.
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