CRECIMIENTO INFANTIL

Si tu hijo no puede estirar la pierna hasta los 90º, cuidado

Estamos alerta de cualquier síntoma de dolor que muestre un niño, pero a veces tienen alguna afección física asintomática que se nos escapa. En este artículo te ponemos sobre aviso de un problema de crecimiento que se puede identificar observando si el niño puede estirar la pierna y colocarla a 90º con respecto a su cuerpo.

Madre revisando la pierna de su hija

Madre revisando la pierna de su hijaiStock

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Durante los primeros años de vida de una criatura estamos muy pendientes de cualquier síntoma que pueda presentar. Nos centramos en que lleven una dieta equilibrada que le asegure los nutrientes que su pequeño cuerpo necesita y que crezcan con normalidad, pendientes de los percentiles de peso y altura.

Nos empeñamos en proteger su sistema inmune para evitar que se contagie de todos los virus que circulan por las escuelas, nos preocupamos por el control de sus esfínteres, intentamos potenciar su autonomía y no nos olvidamos el desarrollo de su lenguaje.

Cuando comienzan a gatear y a caminar nos inquieta la postura que deben adoptar para colocar de forma correcta la cadera, nos informamos sobre el ángulo y la curvatura de sus piernas e intentamos prevenir cualquier tipo de problema de columna como la escoliosis.

Sin embargo, si durante las revisiones pediátricas los facultativos no encuentran ningún indicio para preocuparse, aprendemos a respirar, soltar y escuchar a nuestros hijos e hijas cuando se quejan de algún dolor.

Estar atento a las etapas de crecimiento

No es de extrañar que durante la preadolescencia o la adolescencia, cuando regresan a casa, las criaturas se aquejen de alguna molestia muscular. Es común el dolor en las piernas, en las plantas de los pies o en la espalda, por ejemplo.

Posiblemente, hasta ahora, lo hemos asociado a un tradicional 'estirón'. En otra época, cuando algún niño o niña tenía fiebre sin ninguna afección aparente, se atribuía a una 'crecidita'. La evidencia científica ha demostrado que estas afirmaciones son de otra época y no tienen ninguna base.

El consejo de una fisioterapetuta

La doctora en Fisioterapia, Marcela Pedraza, ha publicado un post en su cuenta de IG (@pilatesmarcelapedraza) con una observación muy importante: los huesos crecen a un ritmo más rápido que los músculos, por lo que es muy habitual que la gente joven que está en periodo de crecimiento tenga dolores musculares.

La zona más típica en la que se causa este desequilibrio es en las piernas, más concretamente en el fémur. ¿Cómo podemos identificar si a nuestros hijos e hijas les ocurre? Con una prueba muy sencilla: solo deben tumbarse en una superficie totalmente horizontal y levantar una de sus piernas hasta formar un ángulo recto -de 90º- con respecto su cuerpo. Si son incapaces de conseguirlo, es una señal para acudir a un especialista.

Posibles complicaciones

Como confirma la doctora en su publicación, con esta sencilla prueba podemos prevenir múltiples complicaciones derivadas de los dolores musculares del crecimiento.

Cuando una persona tiene infradesarrollados los músculos de las piernas en relación con los huesos, tendemos a corregir esta falta de flexibilidad con otra parte de nuestro cuerpo.

Modificar la pisada, hacer un juego incorrecto de rodilla o encorvar la parte superior del troco es una reacción natural de nuestro organismo, pero puede conllevar fascitis plantar, problemas en las articulaciones o escoliosis, por ejemplo.

Deporte y ejercicios de rehabilitación: la mejor arma

Realizar estiramientos para mantener la elasticidad y fomentar la tonificación de la musculatura es fundamental para equilibrar el desarrollo del tejido muscular y el óseo. Sirve para una labor tanto de prevención como de rehabilitación.

Una manera de mantener a raya este tipo de complicaciones es fomentar una vida activa y practicar un deporte de forma regular desde la más tierna infancia. La natación es una práctica muy completa para ejercitar todo el cuerpo.

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