CONTAMINACIÓN ACÚSTICA
Duerme en silencio: así es cómo afecta el ruido a la calidad de tu descanso
Uno de los mayores enemigos del buen descanso es el ruido. Tal vez parezca inofensivo, pero incluso a niveles moderados como el tráfico lejano, una televisión encendida o el murmullo de una conversación ajena, puede alterar las fases más profundas del sueño, como la fase REM.

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Según múltiples estudios, el cuerpo puede no despertarse del todo cuando se producen sonidos, pero el cerebro sí que percibe el estímulo del ruido, lo que interrumpe los ciclos que nos ayudan a regenerar tejidos, consolidar la memoria y regular el estado de ánimo. El resultado: despertares cansados, menor capacidad de concentración y un temperamento más irritable a largo plazo.
Un informe de la Organización Mundial de la Salud ha puesto cifras a este problema, midiendo los años de vida saludable perdidos en Europa por el ruido ambiental. Lo que demuestra que la exposición continuada al ruido nocturno deriva en trastornos del sueño, enfermedades cardiovasculares y deterioro cognitivo.

Para minimizar estos efectos, la OMS también ha elaborado una guía de recomendaciones en la que se aconseja no superar los 30 decibelios de ruido durante la noche. Un límite que, sin embargo, en algunas ciudades no se respeta. Esto ha convertido al silencio en un lujo que no todos se pueden permitir, pero no olvidemos que es una necesidad para que tu mente y cuerpo recuperen la energía que necesitan.
Si vives en un ambiente con mucha contaminación acústica puedes probar a ponerte tapones para los oídos, al igual que el antifaz para la luz, para procurar que el descanso cumpla con su función reparadora.
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