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Cuánta verdad hay en que dormir de lado sea un factor determinante para evitar la acidez
La acidez no aparece por casualidad y aunque hay una parte de verdad en que dormir del lado izquierdo ayuda, importan mucho más los hábitos que lleves en el día a día. Por eso, comer demasiado y mal es un factor determinante.

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Probablemente hayas escuchado alguna vez lo típico de "duerme del lado izquierdo y se te pasará la acidez", y en cierta parte tienen razón ya que ayuda a que el ácido se mantenga en el estomago y no suba hacia el esófago lo que reduce la sensación de ardor. Pero aunque esa recomendación sea válida, hay que conocer toda la historia al completo.

La técnica en Nutrición y Dietética Ana Luzón explica que el reflujo y las digestiones pesadas no dependen tanto de la postura que elijas al dormir, sino de los hábitos que mantengas durante el día, especialmente antes de acostarnos. La sensación de ardor no aparece por casualidad, suele ser la consecuencia de cenas muy abundantes, alimentos grasos, alcohol o niveles altos de estrés.

Lo que ocurre entonces es que el ácido del estomago sube hacia el esófago y deja una quemazón en el pecho y en la garganta, que a veces va acompañada de una especie de sabor ácido o amargo que, en muchos casos puede provocar sensación de pesadez, carraspeo o una dificultad para tragar. Por lo que en ese proceso tan incomodo que afecta al bienestar, influyen más nuestros hábitos que la posición de la cama.
Es cierto que dormir del lado izquierdo puede ayudar, ya que anatómicamente el estómago queda en una posición más baja y el contenido gástrico tiene menos facilidad para subir. Sin embargo, si nos acostamos justo después de cenar o con el estómago demasiado lleno, ese pequeño beneficio desaparece.
Según Luzón, las pautas que tenemos que seguir para evitar el reflujo son muy sencillas y están al alcance de cualquiera, solo hay que tener ganas. Cenar ligero y al menos dos horas antes de dormir, evitar la ropa ajustada, elevar un poco la cabecera de la cama en casos frecuentes y sobre todo, intentar reducir situaciones estresantes o que generen un estado de nervios. Es que no se trata solo de cómo duermes, sino de cómo comes y vives a lo largo del día.
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