DÍA MUNDIAL
Cáncer de mama: los factores de riesgo que debes conocer y cómo prevenirlos
El cáncer de mama está influido por factores que no se pueden cambiar, como la edad o antecedentes familiares, y por otros modificables, como el sobrepeso o el consumo de alcohol. La prevención y las revisiones periódicas son clave para detectarlo a tiempo.

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El cáncer de mama es una de las enfermedades más comunes entre las mujeres, y su aparición se relaciona con una combinación de factores biológicos y de estilo de vida. Aunque cualquier persona puede desarrollarlo, las estadísticas muestran que el riesgo aumenta con la edad, especialmente a partir de los 50 años.
Ser mujer y envejecer siguen siendo los principales factores de riesgo identificados por los expertos. Sin embargo, la realidad es más compleja: muchas mujeres desarrollan cáncer de mama sin presentar ningún factor de riesgo evidente.
Esto demuestra que, aunque conocer los riesgos ayuda a la prevención, no siempre es posible anticipar la aparición de la enfermedad. Del mismo modo, tener uno o varios factores de riesgo no significa necesariamente que se vaya a padecer cáncer.

Por ello, los especialistas recomiendan hablar con el médico para conocer las formas más efectivas de reducir el riesgo y mantener un control periódico mediante pruebas de detección.
La prevención, junto con la detección temprana, sigue siendo la mejor herramienta para mejorar el pronóstico y la calidad de vida de quienes enfrentan esta enfermedad. En motivo del Día Mundial contra el Cáncer de Mama te explicamos algunos factores de riesgo del cáncer de mama según el CAC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades)
Factores de riesgo que no puedes cambiar
Aunque hay muchos hábitos que se pueden cambiar para prevenir el cáncer de mama, hay algunos factores que son incontrolables:
- La edad: Hacerse mayor es el primer factor de riesgo de aparición de cáncer de mama incontrolable. La mayoría de estos cánceres se diagnostican después de los 50 años.
- Mutaciones genéticas: Algunos cambios hereditarios en ciertos genes aumentan el riesgo de presentar cáncer de mama y de ovario.
- Menstruación y menopausia: El inicio de la menstruación antes de los 12 años y de la menopausia después de los 55 años, expone a las mujeres a hormonas durante más tiempo. Este factor aumenta el riesgo de cáncer de mama.
- Antecedentes personales: La mujeres que ya han tenido cáncer de mama tienen más posibilidades de sufrirlo por segunda vez, además de otras enfermedades no cancerígenas relacionadas con las mamas.
- Antecedentes familiares: Tener algunos antecedentes familiares que han sufrido cáncer de mama o de ovario aumenta el riesgo.
- Tratamientos previos con radioterapia: Si has recibido tratamiento de radioterapia en el pecho antes de los 30 años de edad, tienes un mayor riesgo de presentar cáncer de mama más adelante en la vida.

Factores de riesgo que sí puedes cambiar
Dejando de lado los factores de riesgo que acabamos de mencionar, que son los que no podemos cambiar, damos paso a los que sí puedes combatir:
- No hacer deporte: Las mujeres que no se mantienen físicamente activas tienen mayor riesgo de tener cáncer de mama.
- Sobrepeso después de la menopausia: Las mujeres que presentan sobrepeso o obesidad después de la menopausia tienen más posibilidades de sufrir cáncer de mama.
- Tomar hormonas: Algunos métodos de reemplazo hormonal en el que se toman hormonas durante la menopausia, pueden aumentar el riesgo de cáncer de mama.
- Beber alcohol: Varios estudios apuntan que cuanto más alcohol tome una mujer, más alto es el riesgo a que sufra cáncer de mama.
- Otros factores de riesgo: Algunas investigaciones sugieren otros factores de riesgo como fumar tabaco, la exposición a sustancias químicas o el cambio de otras hormonas al trabajar de noche.

La importancia de la prevención
Realizarse revisiones médicas periódicas y pruebas de detección es fundamental para identificar cualquier cambio en el cuerpo a tiempo. En el caso del cáncer de mama, la detección precoz puede marcar la diferencia entre un tratamiento sencillo y uno más complejo..
Las mamografías, las autoexploraciones y las consultas médicas regulares son herramientas esenciales que permiten actuar antes de que la enfermedad avance.
Cuidar la salud implica también escuchar al propio cuerpo y no posponer las revisiones por miedo o falta de tiempo. La prevención y la detección temprana salvan vidas, y dedicar unos minutos a un control puede significar años de bienestar.
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