TEA

Autismo: ¿Por qué se diagnostica menos en mujeres?

El autismo o Trastorno del Espectro Autista (TEA), es una condición que se caracteriza por una amplia gama de síntomas. Sin embargo, estos síntomas han sido estudiados generalmente en hombres y recientemente se ha descubierto que las mujeres pueden tener otros menos evidentes.

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Durante mucho tiempo, el autismo se ha considerado un trastorno del neurodesarrollo que afecta predominantemente a hombres. Sin embargo, investigaciones recientes compartidas por el Hospital Clínic de Barcelona han arrojado luz sobre un fenómeno preocupante: el diagnóstico del Trastorno del Espectro Autista (TEA) en mujeres es menos frecuente y se retrasa considerablemente en comparación con los hombres. Esto plantea importantes cuestionamientos sobre por qué esto sucede y las implicaciones que tiene para las mujeres que viven con este trastorno.

El autismo, como parte de los trastornos del neurodesarrollo, se caracteriza por una amplia gama de síntomas que afectan la comunicación, la interacción social y el comportamiento. Tradicionalmente, se ha centrado en el perfil masculino típico del autismo, lo que ha llevado a un diagnóstico más eficiente en los hombres, pero ha dejado a muchas mujeres sin el apoyo y la intervención necesarios.

Síntomas diferentes en mujeres

El autismo puede presentarse con síntomas muy diferentes en cada caso. Hay personas que con esta condición presentan una grave discapacidad intelectual, mientras que otras, en cambio, son superdotadas. "Hasta un 40% de las personas con TEA tienen una capacidad intelectual media o superior a la media", asegura el texto firmado por la Dra. Rosa Calvo del Servicio de Psiquiatría Infantil y Juvenil del Hospital Clínic de Barcelona.

Por otro lado, los años de investigación han descubierto que muchas personas con TEA "tienen habilidades excepcionales en el ámbito visual, la música y algunas habilidades académicas (como el cálculo)". Y también que alrededor de un tercio de las personas con TEA no hablan, aunque sí pueden aprender a comunicarse a través de otros medios.

Sin embargo, en las mujeres, estas manifestaciones pueden ser más sutiles y acompañarse de un mayor número de trastornos mentales, como la ansiedad o la depresión.

Esta variabilidad en la expresión de los síntomas hace que el diagnóstico en mujeres sea más desafiante, ya que no se ajusta al estereotipo tradicional del autismo. Como resultado, muchas mujeres en el espectro autista no reciben un diagnóstico o este se retrasa durante años, lo que a su vez limita su acceso a intervenciones y apoyo.

El diagnóstico, un reto

El diagnóstico del autismo sigue siendo un desafío, puesto que se basa en la observación del comportamiento y no se puede confirmar mediante biomarcadores concretos. Esta falta de biomarcadores específicos y la variación en la expresión de los síntomas hacen que el diagnóstico sea aún más complicado, especialmente en el caso de las mujeres.

En respuesta a estas preocupaciones, expertos en el campo del autismo recomiendan que los profesionales de la salud tengan un alto índice de sospecha de TEA en mujeres y aborden el diagnóstico con mayor sensibilidad a las diferencias en la presentación de los síntomas. Un diagnóstico preciso en estos casos es crucial para aumentar el acceso a tratamientos y reducir la carga personal y social que conlleva el autismo, especialmente en las mujeres.

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