COMO IR DESCALZO
¿Qué es el calzado barefoot?
Es posible que te hayan cantado las mil maravillas del calzado barefoot, pero no tengas claro en qué consiste exactamente. O al revés, puede que sin saberlo tengas un par de zapatillas tan cómodas que sientes que es como ir sin ellas, pero no sabes por qué. En este artículo te explicamos todo lo que debes saber sobre el calzado barefoot.
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Nuestros pies no entienden de modas. Pero los diseñadores de calzado sí. Está claro que el contenido de nuestro zapatero responde a las tendencias del diseño que impera según la época. Sin embargo, una cosa está clara: nuestros ancestros iban descalzos y solamente se protegían los pies para adentrarse en terrenos escabrosos.
A medida que avanza la tecnología humana, el calzado se ha ido adaptando a una gama más amplia de entornos y climas, pero no ha podido evitar el impacto que sufren los pies, la musculatura y las articulaciones en cada uno de nuestros pasos a lo largo del transcurso del tiempo.
El calzado barefoot- también conocido como minimalista -responde a la necesidad de centrarse en la salud de nuestros pies para protegerlos y simular la sensación de caminar descalzo, para que podamos acercarnos más al entorno natural e integrarnos en él.
Estos zapatos tienen una serie de características para permitir una mayor libertad de movimiento y una mejor conexión con el suelo, que las últimas tendencias podológicas consideran beneficiosas para la salud y la comodidad.
La mayor diferencia con el calzado tradicional: Cero drop
Cuando la suela del zapato es totalmente plana y no hay diferencia de altura entre la punta y el talón, se considera que tiene cero drop. Esto es, cero caída, cero elevación de la parte posterior.
De esta manera, el impacto de cada paso que damos se absorbe por la totalidad de la musculatura de la planta del pie y no por la que envuelve los huesos del tobillo.
Suela fina: flexibilidad y estímulos del terreno
Un básico del calzado minimalista es el mínimo grosor de la suela. Una suela fina y flexible permite que todas las terminaciones nerviosas de nuestra planta del pie perciban los estímulos del suelo y brinden una sensación más natural al caminar.
Los zapatos que cumplen esta condición suelen tener una suela de unos 0,5 cm. Un grosor que se considera adecuado para proteger el pie, pero obtener una sensación similar a la de ir descalzos.
Puntera ancha para favorecer el libre movimiento de los dedos
La mayoría de los zapatos tienen una puntera más estrecha para conseguir una estética más aerodinámica. Este diseño inhibe el crecimiento natural de los dedos y supone el origen de la mayoría de los juanetes, así como la desviación del pulgar y el amontonamiento de los dedos.
El diseño de la puntera redonda de las zapatillas barefoot permite que los dedos se extiendan y que tengan el suficiente espacio para que se muevan libremente adaptándose a las irregularidades del terreno, como hacen cuando caminamos descalzos.
Diseño ligero: desaparición del contrafuerte
Para que un zapato sea respetuoso con la forma del pie y se adapte a la totalidad de los movimientos naturales, debe ser totalmente flexible y ligero. El calzado barefoot suele estar confeccionado con tejidos transpirables y prescinde del contrafuerte: esa pieza rígida en el talón de Aquiles que ayuda a mantener la forma del zapato e impide que el talón se desplace.
Beneficios del calzado barefoot
El calzado minimalista se ha convertido en una alternativa al calzado tradicional -de suelas gruesas, estructuras rígidas y punteras estrechas- cada vez más consumida.
Esto no solo es debido a la tendencia del mercado de ofrecer más productos diseñados bajo esta filosofía, sino por los múltiples beneficios que este tipo de zapatos comporta:
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- Favorece una pisada natural y correcta.
- Fortalece los músculos de los pies y las piernas, reduciendo las lesiones.
- Disminuye las fricciones, heridas y lesiones, por lo que aumenta la comodidad.
- Mejora el equilibrio y la postura al mantener el cuerpo una alineación natural.
- Permite la libertad de movimiento total de nuestros pies.
- Aumenta el desarrollo del sistema propioceptivo (conexión entre el cerebro y los pies que informa de la posición de nuestro cuerpo).
- Fomenta la conexión con el entorno.
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