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EN EL ROSTRO

Raquel del Rosario muestra las cicatrices de su hijo meses después del ataque de un puma

Hace unos meses el pequeño de la familia de Raquel del Rosario sufrió un accidente con el mamífero y su madre ha querido recordarlo antes de finalizar el año reflejando la pasión del niño por los animales.

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Era 17 de octubre cuando Raquel del Rosario decidió compartir con sus seguidores el terrible acontecimiento que había vivido, mes y medio antes, viéndose implicada en un suceso que podría haberse cobrado la vida de su hijo Mael.

"Unos milímetros más y no lo hubiera logrado", dijo el doctor que atendió al niño nacido de la unión de la cantante Raquel del Rosario y el director de fotografía Pedro Castro. La garganta del pequeño milagrosamente se había salvado de las garras del felino que se adentró en el jardín de la casa familiar.

Un hecho aislado que no se veía en California, lugar donde reside la cantante de 'El sueño de morfeo', desde los años 90. Los pumas son parte del entorno del estado estadounidense, viven en sus zonas y es poco común que entren en las zonas residenciales, pero el mamífero de un año de edad y solo 30kg se separó de su madre y su hermano, quienes también acabaron en el patio de la exmujer del piloto Fernando Alonso.

Fue la propia artista la que aportó todos estos datos en sus redes sociales días después de la publicación en la que narraba el terrible momento que había compartido con su hijo. Entre los mensajes de cariño y de apoyo, la artista tuvo que enfrentarse a críticas y comentarios dudosos por los sucedido. Por medio de unas historias de Instagram Raquel se pronunció para aclarar y dar respuesta, intentando zanjar el tema, alentando ante todo que la culpa no fue de nadie y que solo fue un accidente desafortunado.

La vocalista nunca olvidará a Mael diciendo: "Mami, voy al árbol a buscar frutas", poco antes del grito que sigue resonando en su cabeza y la imagen que se aparece en su mente que le hizo atravesar el jardín y salvar a su hijo de los ataques del puma, valiéndose únicamente de sus puños y de una fuerza que ella misma desconocía poseer, pero que nació del miedo vivido.

"Mi corazón se rompió por completo cuando le vi salir de la cirugía. Toda la fuerza que aquella mañana me había invadido se esfumó dejándome completamente indefensa ante un dolor que desconocía por completo", confesaba Raquel en el texto que acompañaba la imagen de la espalda del niño de solo 5 años donde destacaban las marcas de las garras que no profundizaron dejando únicamente heridas superficiales en la piel.

Lo más memorable de lo ocurrido fue la reacción de Mael. Él no se mostraba asustado, sino todo lo contrario. Tres días después del ataque el niño salió corriendo del hospital y cuando llegó a casa cogió un recipiente con agua y lo llevó al jardín a modo de disculpas al animal, afirmando que "ya no voy a volver a por la fruta para que no se enfade", unas palabras y un comportamiento que dejó a su madre sin palabras.

Durante estos meses la familia se ha refugiado en sus seres queridos para procesar lo ocurrido, sintiendo, aceptando y transitando el dolor, pero "sin huir de él", según explicó la mujer de Pedro Castro en su Instagram. Ha sido en la misma red social, donde la cantante ha querido hacer balance de lo vivido este año, sin querer saltarse aquellos instantes que le hicieron sentir el peor miedo que puede sufrir una madre al pensar que puede perder a su hijo.

Raquel ha compartido una instantánea de Mael, "el eterno e irremediable amante de los animales", ya totalmente recuperado, pero con unas cicatrices que le acompañan, en la parte inferior del rostro y el cuello, resultado del ataque del puma. La fortaleza del niño es admirable, quien pese a conservar las marcas y el recuerdo que desgarró el corazón de su familia, continúa mostrando su pasión por el mundo animal.

Mael abrazando a Lyra
Mael abrazando a Lyra | Instagram Raquel del Rosario

El retrato recoge la tierna imagen de su "valiente" y un pequeño gatito negro, bautizado con el nombre de Lyra que se unió a la familia hace solo un mes. La inocencia de la infancia ha conseguido no dejar una señal en el pequeño más allá de las cicatrices de su piel. La reciente incorporación es un claro ejemplo de cómo, lejos del pánico, los felinos permanecen en sus vidas, aunque ahora sin peligro, haciendo un repaso del año para recargar las pilas y las energías de cara al nuevo año, y 6 días antes de cumplirse 4 meses del ataque.

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