Cristina Blanco, madre de Miguel Ángel Muñoz: Por qué pasó de ser una afamada vidente a vivir en el anonimato

Tras pasar un par de décadas viviendo en el anonimato, Cristina Blanco vuelve ser noticia, desgraciadamente, por su estado de salud. Según ha publicado la revista Semana, a la famosa vidente televisiva de los años 90 le han tenido que amputar una pierna y se encuentra ingresada en un hospital de Madrid "aquejada de una grave dolencia".

La madre de Miguel Ángel Muñoz llegó a ser la tarotista más deseada por los famosos, pero en las últimas dos décadas nadie había oído hablar de ella. ¿Cómo pasó de estar en el foco mediático al anonimato?

Su estafa a personajes famosos

A finales de los 90, Cristina Blanco era un personaje de televisión fácilmente reconocible y sus capacidades como pitonisa eran de lo más deseadas en el mundo de las celebridades, y de la jet set de Marbella. No obstante, tal y como recuerda el medio citado anteriormente, en el año 2001, una cámara oculta reveló que la madre de MAM realizaba montajes o engaños en sus servicios de tarot a famosos. Esto afectó gravemente su credibilidad y la forma en que el público la percibía, lo que provocó una disminución en su popularidad.

Y por si eso no fuera suficiente, 6 años después, fue acusada de robar tarjetas de crédito a los clientes de un hotel en Marbella y la condenaron a 16 meses de prisión. Estos problemas legales agravaron su situación y dañaron su imagen pública.

Con todos estos escándalos ocupando titulares, Blanco se vio obligada a abandonar su trabajo como vidente y a alejarse de la televisión, y la prensa rosa, para no ensuciar el nombre de su hijo, Miguel Ángel Muñoz, que justo comenzaba a tener un nombre en el mundo de la interpretación. Recordemos que en 2002 se estrenó Un Paso Adelante.

Su vida tras la fama

Tras perder su lugar en televisión, Cristina Blanco pasó a ser un personaje anónimo y poco se sabe de su vida tras la condena. Según afirma Lecturas, hubo una temporada en la que estuvo trabajando como dependienta en la sección de estética de unos grandes almacenes. La revista del corazón también asegura que abandonó el lujo marbellí para mudarse al barrio madrileño de Usera, donde tendría un piso sencillo y nada ostentoso.

Otro detalle que recogen las líneas del artículo de Lecturas es que ya tuvo problemas de salud hace unos años, aunque en esa ocasión el miembro afectado no era la pierna, sino la mente; fue ingresada en un hospital psiquiátrico por un cuadro de depresión y terminó siendo diagnosticada de trastorno bipolar.

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