LAS FOTOS CON SU NUEVO NOVIO
Carolina Monje, enamorada de nuevo dos años después de la muerte de Álex Lequio
Las redes de Carolina Monje se han llenado de mucho amor. Y es que, la joven ha recuperado la ilusión junto a un director de operaciones con quien se muestra de lo más enamorada.
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La enfermedad y el posterior fallecimiento del que fuera su novio, Álex Lequio, han marcado los últimos años de Carolina Monje.
Entonces, la joven optó por aparcar temporalmente su marca de ropa y tomarse un respiro tras lo sucedido para tratar de hacer frente al delicado duelo con el que le golpeó la vida.
Viajes a varios puntos de España y hasta incluso Tulum, en México, se convirtieron en una forma de evasión para la diseñadora en tal complicado momento de su vida.
El pasado mes de junio, Carolina reaparecía públicamente para presentar el proyecto textil 'made in Spain' que lanzó en 2020 y posteriormente paralizó tras la muerte del hijo de Ana Obregón.
Convertida en una referente de lucha y superación, la joven reaparecía nerviosa, y contenta, en la presentación de su última colección 'La Dorada' en Madrid; un evento muy especial para ella donde no dudó en tener unas palabras con la prensa.
Así es Álex, el nuevo novio de Carolina Monje
Ahora, tras un verano donde ha seguido impulsando su proyecto laboral y en el que ha hecho un hueco para disfrutar de merecidas escapadas, hemos visto que gran parte de sus vacaciones las ha pasado acompañada de su nueva pareja.
Monje ha rehecho su vida al lado de un director de operaciones de una conocida marca que, casualmente, comparte nombre con el hijo de Alessandro Lequio.
Pese a que la discreción es una faceta que siempre le ha acompañado con respecto a su vida más personal, y sentimental, la empresaria no ha dudado en publicar las primeras instantáneas con su nuevo amor.
Tanto en Ibiza como en Andorra hemos podido ver a Carolina en compañía de Álex Lopera.
Dos publicaciones, de la playa a la montaña, en las que también aparecen amigos de los tortolitos, que dejan prueba de la complicidad que ambos derrochan pues sus abrazos y miradas son un claro delator de ello.
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