FALLECE A LOS 90 AÑOS
Así ha sido la vida de Doña Ana, el incondicional apoyo de Isabel Pantoja
Doña Ana ha sido siempre el apoyo incondicional de Isabel Pantoja en sus buenos y malos momentos. Así ha sido la vida de la matriarca del clan Pantoja que ha fallecido a los 90 años.
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Isabel Pantoja, una de las grandes artistas de nuestro país ha sufrido una de las pérdidas más dolorosas de su vida, la de su madre. Doña Ana siempre ha estado al lado de la tonadillera y es que aunque ella siempre estuviese en un segundo plano, era quien hacía y deshacía la vida de la cantante. Muy exigente con la educación de todos sus hijos, el ojito de derecho de la matriarca siempre fue su niña Maribel, a la que vio desde pequeña ese don para el ámbito de la música y a quien acompañó desde sus inicio en los tablaos flamencos.
Desde bien pequeña quiso ser artista y bailaora pero los tiempos tan difíciles en los que se crió y creció no le permitieron brillar nunca como profesional encima de los escenarios pero en cambio, el destino le tenía preparado una grata sorpresa. Ella no, pero su hija Isabel Pantoja deslumbró desde la primera vez que interpretó un tema encima de un tablao. Su vida estaba destinada al arte y no dudó en venirse junto a ella a Madrid, donde le esperaba el sueño del espectáculo, aquel que todos los que desean llegar a ser grandes artistas esperan conseguir algún día.
Doña Ana vivió esa oportunidad como si fuera la suya propia y no dudó en guiar a Isabel Pantoja por el buen camino, tanto es así que no se ha separado de ella en toda su vida. Guió sus pasos, la animó en los escenarios y luchó para que su hija fuera lo que ella nunca llegó a ser. Y lo consiguió. Lo disfrutó hasta el último momento.
Nunca se apartó del lado de Isabel Pantoja. Ha vivido con ella sus éxitos y sus fracasos y cuando la matriarca del clan empezó a empeorar por su estado de salud, dejó paso a que la tonadillera se hiciera cargo de ella como siempre lo había hecho ella. Los roles en la vida se pueden volcar en cualquier momento y esto es lo que pasó entre madre e hija.
Ahora, la artista ha perdido el eslabón más importante de su vida, su madre, la que siempre ha estado a su lado, la que nunca le ha abandonado y con la que ha compartido todo tipo de confesiones. La que le ha aconsejado para encontrar el buen camino, la que le dio las claves del éxito y la que respiraba por y para ella. La tonadillera tendrá que aprender a caminar sola ahora que ya no la tiene a su lado, pero seguro que el recuerdo eterno de esa estrella que nunca brilló de cara al público pero sí lo hizo con los suyos, la sigue acompañando siempre.
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