Grandes misterios Cocinatis
¿Por qué no podemos comer solo una patata frita?
Un cóctel de razones hacen imposible que, al abrir una bolsa de patatas fritas, solo podamos comer una. Te contamos qué maniobras utilizan las chips para que no dejemos de zampar hasta que la bolsa se acabe.
Publicidad
Es un reto prácticamente imposible. Abrimos una bolsa de patatas fritas y, de repente y sin apenas darnos cuenta, nos la hemos bajado. Pasa con las normales, con las onduladas, con las de sabores, etc. Aunque pensemos que se debe a que somos unos ansiosos, parece que no es así: hay razones biológicas que nos empujan a seguir engullendo y engullendo hasta que no quede ni una. Aquí os las contamos:
- Por un lado, las patatas fritas contienen una grasa que desencadena la producción de sustancias llamadas endocanabinoides, muy similares a las que hay drogas como la marihuana. Cuando generamos estas sustancias, se producen señales que, enviadas a nuestro cerebro, nos empujan a seguir comiendo y comiendo.
- Un estudio reciente llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Athens (Georgia, Estados Unidos) refleja que el consumo continuado de comidas ricas en grasas (como pueden ser las patatas fritas) acaban modificando una bacteria en nuestro intestino, de modo que nos volvemos incapaces de detectar si estamos llenos o no.
- Las patatas fritas son crujientes y existen evidencias científicas de que la comida que hace "crec" es percibida como más atractiva. El sonido provoca un efecto de estimulación que nos incita a seguir comiendo.
- Los saborizantes que muchas veces incluyen las patatas fritas actúan en nuestro paladar como aquellas comidas que tienen umami, el sabor extra detectado por los orientales. Aunque el potenciador de sabor no suele ser glutamato monosódico, sí que se recurre a cebolla, pimiento o queso en polvo que las hace mçás atractivas para nuestro paladar y que nos lleva a seguir engulléndolas.
Publicidad