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DOS FIJOS DE LA 'BEAUTIFUL PEOPLE'

Punk Bach y Tweed, los "modernos, pero tradicionales" de la Castellana

La vía madrileña alumbra locales que mezclan una estética rompedora con una carta de platos de toda la vida. Algo nuevo, algo viejo.

Interior de Punk Bach, uno de los nuevos restaurantes de lujo de la Castellana.

Interior de Punk Bach, uno de los nuevos restaurantes de lujo de la Castellana.Punk Bach

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Cuando Margarita Keamey Taylor, irlandesa, llegó a Madrid a finales de los años 20 del pasado siglo, dijo que el Paseo de la Castellana era como los Campos Elíseos. Encantada de la vida, se quedó y abrió Embassy, ese salón de té que aún sigue en el número 12 del paseo y en el que puedes tomarte un café con un sándwich a un precio astronómico. La gente bien lleva décadas siguiendo a pies juntillas la recomendación de la Keamey y han convertido, poco a poco, la Castellana (especialmente en su primer tramo) en su lugar de esparcimiento, su punto de encuentro, su calle del pueblo…

Ahora le llega el turno a una nueva generación de hosteleros que crecieron ya en democracia y que vieron que había mundo más allá del Barrio de Salamanca. Dos buenos ejemplos son Punk Bach y Tweed, dos locales que aún no han cumplido el año de vida, pero que ya sirven de referencia en su afán por darle una pequeña pátina de modernidad al modelo tradicional de restaurante para jet set de toda la vida. También porque la jet set ha ido cambiando. Para mejor o para peor, eso no es cuestión que nos compete aquí.

Punk Bach abrió primero, en pleno verano de 2013, en un espacio privilegiado en el que estuvo durante muchos años asentado el mítico restaurante chino House of Ming. Se autodefinen como una "brasserie" canalla e ilustrada y parten del principio de que todos tenemos un lado punk (por Sid Vicious) y un lado Bach (por Johann Sebastian). Es decir, que los niños buenos de la Castellana también pueden ser malotes. En cierto modo, tiene sentido, ya que el hombre detrás de la idea es Emiliano Suárez, miembro de la larga saga de joyeros que lleva su apellido y que dispone también de su propia versión más informal e iconoclasta, Aristocrazy.

El local,  decorado por Lázaro Rosa-Violán, resulta fotogénico a más no poder. Grandes ventanales a la calle, un mobiliario y lámparas espectaculares y ciertos toques dorados que dan empaque al conjunto. Un amplio horario ininterrumpido (de 12.00 de la mañana a 2.00 de la madrugada) para acoger a todo tipo de público, desde los aficionados al aperitivo a los más noctámbulos. Los camareros, uniformados, lucen joyas de Suárez y uniforme diseñado por Lánder Urquijo, uno de los enfants terribles de la moda española. Tras los fogones, el cocinero Iñaki Rodaballo, vitoriano, lo que es garantía de calidad en la gastronomía. Platos muy demandados como arroces (con gamba roja) o hamburguesas (Pepito Burger) que satisfarán a los que buscan apuestas seguras. Entre lo más llamativo, su oferta de coctelería, que pone a Punk Bach en la onda de locales neoyorquinos o londinenses. Marcas Premium y gente guapa que no quieren tomarse la primera copa en cualquier sitio.

Un poco más formal, pero con la misma vocación de mezclar lo de siempre con algo nuevo, es Tweed, ubicado en la otra orilla de la Castellana, más cerca de Colón, en el local que antes hospedó Astrid y Gastón. Con una superficie de 600 metros cuadrados, el tejido que da nombre al local se encuentra omnipresente, tanto en el papel pintado que lo remeda, como en unos amplios cortinajes de tweed que dividen los comedores de la planta de arriba. En la de abajo, una barra y una zona lounge en la que ojo, no se reserva, y que es ideal para un picoteo informal. El vestuario de jefe de sala y camareros corre a cargo de Scalpers, la firma de Rafael Medina, duque de Feria. Curiosamente, en un principio iba a ser también Lánder Urquijo el encargado, “pero no hubiéramos llegado a tiempo, así que nos decidimos por Scalpers”, nos cuentan.

180Dirige la cocina el chef José María Ibáñez, ex de Semón, Jockey y Hotel Velázquez, que aquí propone platos tradicionales bajo la premisa de que, aunque seamos jóvenes, nos gusta comer bien. Eso hace que la clientela del local sea ligeramente mayor que la de Punk Bach de lunes a viernes, aunque el fin de semana, como no podría ser de otra forma, baja un poquito. Anchoas de Santoña, ensalasa de pularda, habitas salteadas con butifarra negra y tartar de atún rojo de Almadraba en una oferta dividida en "prêt-à-porter" (picoteo), casual (ligeros), alta costura y fondo de armario (platos principales clásicos) e incluso a medida por encargo (para 6 personas y bajo pedido en 48 horas). Una oferta a la moda, pero sin estridencias. Porque la Castellana se pone al día, pero lo justo.

Punk Bach. Paseo de la Castellana, 74. www.punkbach.com. Horario: de lunes a domingo, de 12 a 2 horas ininterrumpidamente. Precio medio: 40 euros.

Tweed. Paseo de la Castellana, 13. www.tweedrestaurante.com. Horario: de lunes a domingo, de 13.30 a 16.00 horas y de 20 a 24 horas. Precio medio: 40 euros.

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