¿Te pirra la nevera de los postres lácteos? Te contamos cuáles puedes comer y cuáles no

Yogures griegos

Mucha gente compra yogures griegos por sistema, en lugar de naturales, pensando que están consumiendo prácticamente lo mismo. Craso error. Un yogur griego contiene 10,2 gramos de grasa por cada 100 g, lo que es una auténtica barbaridad, y más si lo comparamos con los 0,32 de un yogur desnatado natural. Es conveniente dejarlo para ocasiones especiales, y no convertirlo en un básico de nuestra dieta. Al estar elaborado con leche entera es también alto en colesterol, y si encima es azucarado hemos de contar esa dosis extra de calorías.

Natillas

Una natilla no solo es que tenga 100 calorías por 100 g, sino que contiene, además, 4,5 g de grasas, de las cuales 2,5 son saturadas. Además, el 75% de una natilla es agua, y, en el caso de las industriales, contienen aromatizantes y aditivos varios.

Yogures desnatados

Mejor no tomarlos, ya que lo más recomendable es siempre comprarlos naturales y acostumbrarnos poco a poco a tomarlos sin azúcar. La mayoría de nutricionistas coincide en que es un proceso sencillo. Se empieza por reducir ligeramente la dosis de azúcar y, poco a poco, ir rebajándola hasta que no añadamos nada o pongamos solo un poquito (la OMS recomienda comer un máximo de 20 g de azúcar al día, de modo que siempre hay margen). Los edulcorantes son contraproducentes, ya que con ellos no conseguimos que el paladar se acostumbre poco a poco a un sabor menos dulce. Asimismo, en el caso de algunos de ellos, como la stevia, todavía no existen estudios científicos que avalen su fiabilidad. Este mismo proceso puedes iniciarlo con el azúcar que añades al café, ¡verás como enseguida ves resultados!

Yogur líquido

No solo llevan grandes cantidades de azúcar, sino que además tampoco es cierto que, en algunos casos, contengan ninguna sustancia que realmente refuerce el sistema inmunitario. Para ayudar a las defensas, desengañémonos, solo cabe llevar una dieta equilibrada con una fuerte presencia de frutas, verduras, legumbres y proteína, sin excesivas grasas saturadas y sin alcohol y productos procesados. Todo lo demás supondrá encarecer el precio y estar tomando productos ultraazucarados y apenas saciantes.

Yogures de sabores

Pese a que en algunos casos estos yogures sí que se elaboran con frutas naturales, en buena parte de los yogures que encontramos en la nevera del supermercado los sabores a fruta proceden de saborizantes artificiales. Lo mismo ocurre con los que llevan trozos de frutas, que suelen contener, además, azúcar y aditivos. Para montarte un postre similar, mucho más saludable y muchísimo más rico, es mejor que te lo fabriques tú mismo en casa. Compra un yogur natural sin aditivos, cremoso, añádele trozos de fruta y, si lo quieres sofisticar un poco más, también de frutos secos, muesli, semillas e incluso chocolate negro rallado.