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Te contamos por qué se dice esto

Pasar frío para adelgazar ¿qué hay de cierto?

Hay numerosas dietas que introducen el frío como un elemento más, ya sea masticando hielo o duchándose con agua helada. Mi dieta cojea te explica el factor que juega pasar frío en la dieta.

¿Adelgazo si hace frío? Una gran pregunta

¿Adelgazo si hace frío? Una gran preguntaFlickr

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Quien piense que la nutrición va únicamente de alimentos se equivoca, y es que la cantidad de factores ambientales que repercute en nuestra salud y estado nutricional es enorme. Entre estas variables que influyen finalmente en nuestro metabolismo encontramos la temperatura, que ahora en invierno juega un papel más importante si cabe.

Nuestro cuerpo bajo condiciones de temperaturas frías es capaz de generar calor para combatirlas, y al contrario, en condiciones de altas temperaturas es capaz de sudar para refrigerar. Las comodidades de las que disponemos en el siglo XXI en los países desarrollados, ha conseguido que tengamos que gastar poca energía para compensar nuestra temperatura corporal. Esto no quiere decir que usar la calefacción en invierno sea causante del sobrepeso, pero sí que contribuye, entre otros aspectos, a lo que llamamos ambiente obesogénico.

¿Qué es el ambiente obesogénico?

Ese término suele referirse a la gran cantidad de publicidad que hay de alimentos, la disponibilidad constante de comida, el bajo precio de alimentos superfluos… pero por supuesto también incluye entre otras cosas, el exceso del uso de automóvil, ascensores y comodidades que reducen drásticamente nuestro gasto energético. Entre otras encontramos la regulación de la temperatura.

¿Es un buen consejo pasar frío para adelgazar?

No debe ser nunca el consejo principal ni la primera medida, ya que la causa del sobrepeso es alimentaria. Pero sí que conocemos que la exposición al frío puede mejorar la cantidad de la energía que usamos de nuestras reservas de grasa, mejora nuestra sensibilidad por parte del músculo a la glucosa circulante… Y entre otras cosas, como el cuerpo quiere luchar frente a la baja temperatura exterior, se logra sintetizar un tipo de grasa especial: la grasa parda.

¿Qué es la grasa parda?

Es un tipo de grasa diferente a la que conocemos en general. No está tan orientada al almacén de energía únicamente, sino que su función más llamativa es que sirve para crear calor. Una especie de estufa en el cuerpo. Esta grasa se creía hace tiempo que solo la tenían los bebés, y que la íbamos perdiendo conforme crecemos, pero no, incluso se puede resintetizar. Si tenemos más grasa parda, lograremos invertir más energía en generar calor y por tanto no almacenamos tanta en forma de grasa de almacén. La cantidad de grasa parda que se genera además de nuestra genética depende de estímulos externos, se basa al fin y al cabo en los mismos principios que la actividad física, el cuerpo de una manera previsora, hace un proceso de supercompensación: es decir, se prepara para que la próxima vez no tengamos tanto frío. Si salimos de nuestro rango de confort más a menudo, el cuerpo tendrá que hacer más grasa parda que produzca calor en el futuro. No se trata por tanto de un, 'voy a pasar frío para quemar calorías', como algunas dietas recomiendan por ahí. Sino de ser consciente de que exponerse más a un ambiente frío, puede ayudarnos a activar la cantidad de grasa parda y por tanto aumentar las calorías que nuestro cuerpo gasta en reposo. Entre las recomendaciones de pasar frío para quemar calorías, se han llegado a decir consejos muy llamativos: como masticar hielo, ponernos hielo debajo de la ropa o ducharnos con agua fría.

¿Es ducharse con agua fría un buen consejo para adelgazar?

Si alguien quiere abordar este incómodo proceso no pasa nada, puede incrementar todos estos procesos, pero no es una cuestión prioritaria. Podría decirse que formaría parte de un entrenamiento avanzado. Si tu caso es que necesitas perder algo de peso por salud hay muchas cosas que cambiar antes de hacer todo eso. Aprovechamos para desmitificar. No es del todo cierto, es un mito. No es el frío el causante del resfriado, sino un virus. La relación que se le atribuye al invierno por los resfriados es en realidad que la gente pasa más tiempo en espacios cerrados, también hay más contacto con ropa… todo esto favorece el contagio entre sujetos, y no la temperatura fría. De hecho, exposiciones intermitentes al frío pueden incluso reforzar nuestro sistema inmunológico. Así que ya tenemos más motivos para ponerle buena cara al invierno y ver el lado bueno de pasar frío cada vez que salimos a la calle, o una motivación extra para entrenar al aire libre.

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