ALIMENTOS SALUDABLES

¿Es de fiar el sistema de Nutri-Score, que evalúa la calidad nutricional de los alimentos envasados?

Algunos productos envasados de alimentación vienen con una especie de semáforo con letras y colores que indican la calidad nutricional del mismo. Se trata del índice llamado NutriScore y, aunque es una referencia, debemos de aportar nuestro propio criterio. Te lo cuento todo en este artículo.

Una mujer en el supermercado

Una mujer en el supermercadoFreepik

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Entras en el supermercado y últimamente te enfrentas a un pasillo interminable de productos con etiquetas llenas de letras pequeñas, porcentajes y términos confusos. De pronto, ves que algunos productos llevan en su envoltorio un gran recuadro con una letra A de color verde o una letra E de color roja. Se trata del famoso Nutri-Score, un indice que parece ser una guía simple para comer mejor. Pero... ¿realmente se puede fiar uno de esas letras? Vamos a meternos en faena con calma, sin alarmismos, pero con ojo crítico.

¿Qué es exactamente el Nutri-Score?

El NutriScore es un sistema de etiquetado frontal (es decir, aparece en la cara visible del envase) con cinco niveles (A, B, C, D, E) y colores (verde a rojo). La idea es traducir una compleja tabla nutricional en algo rápido de entender: cuanto más color verde y letras A, mejor calidad nutricional; cuanto más rojo y letra E, más dudosa es la opción.

Una mujer analiza con una app la etiqueta de un producto del supermercado
Una mujer analiza con una app la etiqueta de un producto del supermercado | Freepik

Cómo se calcula el Nutri-Score

Para calcular esa letra, el algoritmo asigna puntos positivos (por ejemplo, por contenido de fibra, proteína o porcentaje de frutas, verduras, frutos secos) y puntos negativos (azúcares, grasas saturadas, sal, calorías). Luego contrasta ambos datos para decidir la puntuación final.

España adoptó este sistema con entusiasmo, y organismos oficiales lo promocionan como herramienta para que el consumidor compare productos de la misma categoría con más claridad. Pero como siempre sucede con lo simple, detrás hay matices, retos y críticas legítimas.

Puntos positivos a favor de Nutri-Score

Antes de cargar tintas, conviene ver sus puntos fuertes:

  • Base científica y validación

El algoritmo se basa en modelos previos que han sido usados para regulación alimentaria. Además, estudios muestran que personas con dietas ricas en productos con mejor Nutri-Score tienden a tener menor riesgo de enfermedades metabólicas y cardiovasculares, aunque estas asociaciones no implican causalidad absoluta.

  • Mejora de la cesta de la compra

En ensayos controlados, incorporar el Nutri-Score ha generado mejoras moderadas en la calidad nutricional de la cesta: algunos estudios reportan aumentos del 9 % en productos mejor puntuados. Esto sugiere que muchos consumidores lo interpretan y lo usan como una guía rápida.

Una familia compra en el supermercado
Una familia compra en el supermercado | Pexels
  • Transparencia y revisiones

El sistema no está estático: el algoritmo se actualiza para corregir anomalías detectadas, como valorar mejor ciertos tipos de grasas o ajustar escalas. También se promueve un debate científico abierto para recibir críticas y mejoras.

En resumen: no es un sistema perfecto, pero sí uno con sustento técnico, pruebas empíricas y capacidad de mejora.

¿Por qué Nutri-Score no es fiable al 100%?

Ahora vayamos al lado más oscuro del algoritmo, ese que no te cuentan en el anuncio de la letra útil. El sistema de Nutri-Score no captura todo lo que importa:

Por ejemplo, no distingue suficientemente entre tipos de grasa "buena" y "mala", lo que puede penalizar productos saludables como el aceite de oliva virgen. No considera el grado de procesamiento, ni el índice glucémico del producto, factores que hoy sabemos influyen en la salud más allá de "azúcares, grasa y sal".

Tampoco tiene en cuenta la porción consumida: dos productos pueden tener el mismo Nutri-Score letra D, pero uno viene en porciones gigantes y el otro en pequeñas dosis, lo que cambia mucho el impacto real en la dieta.

Comparaciones mal entendidas

El NutriScore solo tiene sentido comparando productos dentro de una misma categoría (galletas con galletas, cereales con cereales). Comparar A de un producto con C de otro de categoría distinta puede inducir a error. Algunos consumidores lo toman como una "nota universal de salud" para todo, cuando no es eso.

  • Posibles "trucos" o anomalías

Hay casos documentados de alimentos no saludables que consiguen una letra aceptable, mediante estrategias de optimización del algoritmo (por ejemplo, ajustando contenido de fibra o proteína).

Una mujer revisa la etiqueta de un producto en el supermercado
Una mujer revisa la etiqueta de un producto en el supermercado | iStock

Asimismo, algunos productos tradicionales o regionales son "castigados" por su perfil nutricional, aunque su valor cultural, gastronómico o calidad global los haga deseables, lo que ha generado debates en países mediterráneos.

Científicos críticos han alertado que las deficiencias metodológicas (por ejemplo, en la ponderación de componentes, los umbrales entre categorías o la falta de inclusión de ciertos nutrientes) debilitan su confiabilidad.

Evidencia mixta sobre su efecto real en compras

Aunque hay estudios que muestran mejoras modestas en la calidad nutricional de lo que la gente compra, los resultados no son uniformes. En el mundo real (supermercados completos), el efecto no está claro.

¿Son de fiar las letras de Nutri-Score o no?

La respuesta, como casi siempre en nutrición, no es un sí rotundo ni un no categórico. Mejor decir: se pueden fiar, pero con matices. Y conviene usar la letra como una brújula, no como una regla incuestionable.

Si estás comprando productos procesados y desconocidos, esas letras pueden ayudarte a descartar opciones claramente peores (por ejemplo, una E roja, frente a una E verde). Pero no te bases únicamente en esa letra sin mirar la lista de ingredientes (si hay azúcar añadido o no), los valores nutricionales, si se parece al alimento inicial (por ejemplo si la lista pone: garbanzos y espinacas y el bote tiene garbanzos y espinacas, vas bien. Si pone: azúcar, leche, huevos, harina… pues no sabes lo que es, ¿verdad? Ahí dará igual la letra). Y lo más importante: si te apetece comerlo o no.

Mi consejo como especialista

Prioriza productos que no necesiten Nutri-Score en tu cesta. Esos son los buenos. Si tienes que elegir entre dos productos similares, la letra puede servir como criterio extra después del listado de ingredientes y el valor nutricional.

El Nutri-Score es una herramienta auxiliar, no una ley dietética. Debe ir acompañada de educación nutricional, interpretación crítica y mejoras continuas al algoritmo. Ha llegado para quedarse, mejor aprender a utilizarlo.

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