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LA DIETA DE LA GALLETA Y OTRAS INSENSATECES

Las cinco dietas más curiosas (y peligrosas)

Son tan extravagantes, y tan increíblemente carentes de sentido, que en cuanto leas sobre ellas vas a querer hacer bromas sobre la dieta del cucurucho. La fiebre por adelgazar ha llegado hasta tal punto que ya nadie parece acordarse de que todo esto se trata de comer con moderación y hacer ejercicio, lo que ha dado lugar al nacimiento, con mayor o menor éxito, de dietas tan sumamente friquis (ojo, y peligrosas) como las que siguen.

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Ni se te ocurra hacer ninguna de estas dietas. Ni aunque funcionen. Cocinatis

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1- La dieta de la galleta. En materia de insensateces estamos ante lo más grande. Esta dieta creada en 1975 por el doctor Sanford Siegal consistía (consiste, pues aún hay quien la hace) en comer unas deliciosas galletas de chocolate, concretamente seis, todos los días. El único problema de esta 'Cookie Diet', tan polémica en su momento, es que estas seis galletas son lo único que puedes ingerir durante todo el día, además, claro, de aguas e infusiones. Hasta el momento de la cena, en que Siegal te permite comer carne magra a palo seco prácticamente a voluntad. Total: 800 calorías, una cifra que la mayoría de nutricionistas alertan de que es insuficiente, pues una dieta de menos de 1.200 calorías no garantiza el aporte de energía necesario para el día a día.

Y mientras Siegal insiste en que la dieta es efectiva gracias a sus galletas, que presentan una insólita combinación de aminoácidos, los expertos aseguran que se trata de galletas normales y corrientes, con la composición habitual de cualquier galleta, y que si los seguidores de este peculiar método de adelgazamiento consiguen reducir peso es a causa de la poquísima cantidad de calorías que ingieren. Ni que decir tiene que es una dieta nada recomendable a nivel nutricional, pues no incluye el consumo de frutas y verduras, de manera que debería estar totalmente desaconsejada por cualquiera con un mínimo de sentido común.

2- La dieta del gusano. Ojo, que esto ya son palabras mayores, pues estamos ante una dieta que pone en riesgo nuestra salud. La ideó el doctor Kilian Uttembers, quien propuso introducir un gusano intestinal -taenias o parásitos que habitan en el tubo digestivo de los vertebrados- en el cuerpo humano para que devorara las grasas de nuestro organismo. La teoría no sólo fue catalogada de ridícula sino que también se la consideró peligrosa, porque implicaba introducir un parásito en el cuerpo durante varias semanas, para eliminarlo con una medicación muy fuerte una vez perdido el peso deseado. Fue una de aquellas dietas ideadas para 'celebrities' que, afortunadamente, apenas tuvo repercusión.

3- La dieta de masticar y escupir. Suena a broma, pero lo cierto es que las personas que practican este método para adelgazar suelen ser las que tienen algún tipo de trastorno alimentario como anorexia o bulimia. Se trata de masticar los alimentos para, en teoría, extraer todos los nutrientes, y después escupir la comida sin tragarla. Obviamente, es un método que puede causar daños psicológicos importantes, además de que físicamente también es sumamente desaconsejable, ya que en el momento en que el alimento tiene contacto con la saliva se empieza a generar insulina, y a la larga este método acaba causando adicción, de manera que puedes llegar a desarrollar una resistencia a la insulina que desencadene en síndrome metabólico y posteriormente en diabetes.

4- La dieta de la Bella Durmiente. Bajo una premisa razonable (hay que dormir las horas suficientes para no estar cansados al día siguiente, ya que el agotamiento provoca irritabilidad y unos deseos irrefrenables de ingerir carbohidratos y azúcares, especialmente refinados. El estrés que provoca el cansancio causa, además, retención de líquidos e hinchazón), hallamos esta dieta peligrosísima que, al parecer, hacía el mismísimo Elvis Presley. Cuando duermes, no comes, ¿verdad? Pues la mejor manera de combatir los atracones es, precisamente, que te cojan durmiendo: atibórrate de somníferos, pues, y a dormir como un lirón mientras el cuerpo aguante. Evidentemente, nadie con un mínimo de sentido común recomendaría semejante salvajada, pero hay quien sucumbe a estos castigos para el cuerpo sólo para perder unos kilos.

5- La dieta del color azul. Es una dieta absurda, sí, pero al menos no es en absoluto sacrificada. Se trata de comer siempre en una habitación de color azul con luces de color azul, lo que va a propiciar que comamos menos dado que los alimentos adquieren un aspecto poco apetitoso. De hecho, por motivos antropológicos, el ser humano tiende a rechazar los alimentos de tonalidades azules y malvas, pues aún lo asociamos inconscientemente con productos podridos o en mal estado. El azul hará, pues, según esta estrambótica dieta, que tengamos menos hambre y vayamos reduciendo peso progresivamente.

 

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