CAMBIO DE ESTACIÓN
Alimentos de otoño que debes meter en el carro de la compra y recetas fáciles para el día a día
El cambio de estación nos trae nuevos alimentos de temporada, saludables, sabrosos y llenos de posibilidades en recetas de todo tipo. Aquí tienes ideas de productos y cómo cocinarlos para crear platos de otoño deliciosos.

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El otoño no solo trae hojas secas, lluvia y ese debate eterno sobre si el armario de entretiempo existe o es un invento de alguna tienda de ropa. También llega con esa sensación de volver a la rutina, de apagar el aire acondicionado y sacar la manta del sofá, de cafés calientes y de querer platos más reconfortantes que la ensalada rápida del verano.
Y claro, igual que cambia la ropa que llevamos, también debería cambiar lo que ponemos en el plato. La naturaleza es sabia (aunque suene a frase de taza de desayuno): cada estación nos da justo lo que necesitamos. En verano, frutas con mucha agua para no morir derretidos; en invierno, cítricos cargados de vitamina C; y en otoño… alimentos llenos de antioxidantes, fibra y energía para afrontar días más fríos, menos luz solar y alguna que otra bajona anímica.

Así que toca darle un respiro al gazpacho y abrirle la puerta a la calabaza, las granadas, las setas o los boniatos. Vamos, que, si sabes llenar la cesta en septiembre y octubre, el cuerpo lo agradece y la cuenta corriente también, porque la temporada significa mejor precio y mejor sabor (y si priorizar el producto local, también será el más eco, pero de verdad, no de postureo).
Frutas de otoño: dulces, ácidas y con mucha fibra
- Granadas: esas bolitas rojas que parecen joyas y que acaban rodando por la cocina cuando las desgranas. Son ricas en antioxidantes como los polifenoles y, si las pones en ensalada con queso feta y nueces, te montas un plato de restaurante cuqui, en dos minutos. Truco extra: partir por la mitad y golpear con una cuchara de madera.
- Caquis: fruta infravalorada donde las haya. Cuando están duros, parecen manzanas con personalidad; cuando maduran, son puro caramelo natural. Tienen mucha vitamina A y C, perfectos para reforzar defensas cuando empieza la época de mocos y estornudos.
- Peras y manzanas: las clásicas de la mochila del cole. La gracia está en que en otoño llegan con variedades nuevas. Las peras conferencia, por ejemplo, son ideales para hacer al horno con un poco de canela y yogur natural. Y las manzanas, para chutarte de fibra y mantener el tránsito intestinal más feliz que nunca.
- Uvas: ojo con comer medio kilo de golpe viendo Netflix, que luego el azúcar se dispara. Pero son antioxidantes, tienen resveratrol y quedan divinas en una focaccia casera con romero.

Verduras de temporada: mucho más que guisos de la abuela
- Calabaza: la reina del otoño. Da para cremas suaves, bizcochos esponjosos o incluso pasta rellena. Tiene betacarotenos a saco, que tu cuerpo transforma en vitamina A para cuidar la vista. Y sí, también sirve para tallar calabazas en Halloween, pero comerla es más rentable.
- Setas: boletus, níscalos, champiñones... en el bosque o en la frutería, son una maravilla. Ricas en fibra y con un sabor umami que te soluciona cualquier plato. Consejo: no hace falta disfrazarse de explorador micológico, basta con comprarlas cultivadas y olvidarte del riesgo de acabar en urgencias por una confusión.
- Coles de Bruselas: sé lo que estáis pensando. Trauma infantil. Pero dadles otra oportunidad: al horno con aceite de oliva y un toque de miel se transforman en un manjar crujiente y caramelizado. Además, están cargadas de vitamina K y ácido fólico.
- Boniato: esa especie de primo dulce de la patata. Al horno con especias es un snack saludable, en crema queda espectacular y en puré es la guarnición perfecta para carnes. Tiene más fibra y antioxidantes que la patata blanca.

Frutos secos: energía para la bajada de luz
En otoño se recolectan nueces, avellanas y castañas. Y sí, son calóricos, pero hablamos de grasas insaturadas que cuidan el corazón. Lo de "engordan" depende de las cantidades: un puñado al día es salud, medio kilo viendo series… pues ya sabemos.
Las castañas asadas son la postal de cualquier ciudad otoñal. Menos grasas que otros frutos secos, más almidón y ese sabor dulzón que pide manta y sofá.
Recetas fáciles con alimentos de otoño
Como no somos chefs (ni falta que nos hace), aquí tenéis cinco recetas con alimentos de otoño, fáciles, saludables y para cada día:
- Crema de calabaza exprés
1. Sofríe cebolla
2. Añade calabaza en dados, cúbrela con caldo y deja hervir.
3. Tritura y sirve con un chorrito de yogur griego. Hazme caso, este es el toque.
Resultado: crema suave, calentita y que reconcilia con el mundo.
- Ensalada de granada y queso feta
1. Mezcla hojas verdes, granos de granada, queso feta desmigado y nueces.
2. Aliña con aceite de oliva, limón y miel.
Resultado: colorida, nutritiva y con pinta de que te has esforzado mucho (aunque no, sólo con la granada)
- Boniato al horno con especias
1. Corta el boniato en bastones, pon pimentón, comino, un poco de sal y aceite.
2. Horno a 200 °C hasta que queden crujientes.
3. Acompaña con yogur con ajo.
Resultado: versión saludable de las patatas fritas.
- Coles de Bruselas caramelizadas
1. Parte las coles por la mitad, añade aceite, sal y miel.
2. Horno a 180 °C hasta que estén doradas.
3. Añade un puñado de avellanas tostadas por encima.
Resultado: la reconciliación definitiva con tu yo infantil. En serio, está sorprendentemente bueno.
- Peras al horno con canela
1. Parte las peras por la mitad, quítales el corazón y pon un poco de canela.
2. Hornea 20 minutos a 180 °C.
3. Sirve con yogur natural (si quieres, un poquitín de miel)
Resultado: postre sencillo, elegante
Si quieres lo más sano, eco y barato: lo de temporada, No es postureo, es pura lógica: más sabor (maduran de forma natural, no a base de cámaras), mejor precio (cuando hay abundancia, el coste baja). y menor huella ambiental (menos transporte, menos refrigeración). Además de que a mayor variedad nutricional menos falta de nutrientes: ir cambiando los alimentos según la época ayuda a que no nos aburramos y a que no falte ningún nutriente.
El otoño no es solo época de mantas y series, también es el momento perfecto para darle vida a la cocina con productos de temporada. No hace falta complicarse con recetas imposibles: basta con aprovechar la calabaza, las setas, las uvas, los boniatos y compañía para comer rico, sano y barato.
Así que ya sabes: la próxima vez que vayas al súper, pasa de la sección de fresas insípidas de enero y lánzate a por lo que toca. Porque comer de temporada no es una moda… es la ciencia de toda la vida con un poco de sentido común.
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