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Es un superalimento del copón

La alfalfa germinada, 'trendy' y sana

Un viejo chiste: ¿Quién come alfalfa? ¡Los burros! Después de esta gracia casposa, pasamos a presentaros lo que es un superalimento en toda regla, la alfalfa germinada que, además está de moda y puede usarse en multitud de platos.

Los mágicos brotes de alfalfa, coronando tomate picado.

Los mágicos brotes de alfalfa, coronando tomate picado.Morguefile

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Ante la lectura de la palabra "alfalfa" en la carta de cualquier restaurante, no pocos arquean la ceja y dejan de lado la ensalada que la contiene para pasar a otra más convencional. Es una pena, pero al final, pesan los años y años en los que se nos ha dicho por activa y por pasiva que es comida para animales, al igual que pasa con la algarroba y que, tal como hemos visto, tiene muchas cualidades y es un estupendo sustitutivo del chocolate.

La manera más sencilla de consumir alfalfa es germinada y esto es una gran noticia, porque, además, los brotes son también muy beneficiosos para la salud.

Te contamos 10 razones por las que deberías incluir este Superalimento (sí, sí, en mayúsculas) en tu dieta.

- Te echa una mano si quieres adelgazar. Así es, amigos, así que se trata de un alimento fetén para esta cuesta de enero en la que queremos dejar atrás los kilos contraídos en Navidad. Los brotes germinados de alfalfa no contienen grasas, sí mucha agua y son bajos, por no decir nulos en calorías. Además, son nutritivos.

- Fuente de vitaminas. La alfalfa es rica en vitaminas A, C, E y K4. Además, es fuente de betacarotenos, un nutriente precursor de la vitamina A y que es bueno para nuestro sistema inmune, hace que nuestra piel tenga un mejor aspecto y es un potente antioxidante.

- Diurética como ella sola. La alfalfa es un planta diurética, con lo que ayuda a limpiar las toxinas en riñones e hígado. Es decir, si nos tomamos un plato coronado con brotes de alfalfa es más que probable que tengamos que salir al baño al ratito…

- ¿Dolores menstruales? Toma alfalfa. Para las mujeres que tienen periodos dolorosos, los brotes de alfalfa se revelan como un antídoto cuasimágico. Tomando unos poquitos, y debido a los fitoestrógenos que contiene, las molestias desaparecerán.

- Numerosas enzimas. Para paliar el envejecimiento y echar una mano a nuestro organismo, las enzimas que posee la alfalfa germinada son auténtico maná. Además, tomándola en crudo, evitamos que estas enzimas se pierdan con el calor del cocinado.

- Hierro y minerales. A tutiplén. La alfalfa es una fuente inagotable de casi cualquier mineral imaginable, lo que la convierte en una poderosa aliada para evitar estados carenciales o anemias.

- Fuente de calcio. ¡Atención, lechefóbicos, alérgicos a la lactosa y demás detractores de la bebida blanca! La alfalfa tiene calcio

- Muchas proteínas. Eso de "cómete un filete, que tiene muchas proteínas" es verdad, pero ojo, porque la alfalfa tiene más proteínas que la carne o que los huevos.

- En ensaladas, salteados… cualquier momento es bueno. Lo bueno de la alfalfa es que, una vez en nuestro poder, echarle unos pocos germinados a cualquier plato es cuestión, casi, casi, de imaginación. En ensaladas, acompañando un plato de huevos, con carne a la plancha… Nunca molesta y siempre suma.

- La puedes hacer tú mismo. Si encima eres un friqui del do it yourself gastronómico, puedes hacer que las semillas germinen de una manera sencilla. Solo tenemos que poner un fondo de semillas en un bote de cristal, echar cuatro vasos de agua y tapar bien con un trozo de tela sujeta con goma. Dejamos en un lugar cálido pero sin luz solar directa y a las cuatro horas cambiamos el agua. Volvemos a tapar y dejamos durante una semana, cambiando el agua cada dos días. A los siete días, tendremos nuestros germinados listos para comer tras pasar por el grifo. Como lo del cole con las lentejas, pero en versión 'trendy' y superalimentaria.

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