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Y tu ropa quedará igual

5 razones para no utilizar suavizante en tu ropa

Eliminar el suavizante de tu cesta de la compra puede ser tu primer gran paso hacia un mundo más sostenible.

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En un mundo donde ‘microplásticos’ ha sido elegida la palabra del año 2018 por Fundeu; donde están abriendo supermercados casi al 100 % libres de plástico como en Londres, el primero ha sido Thornton Budgens. O donde la ciudad de Nueva York acaba de iniciar el 2019 con la prohibición de que existan en el mercado las conocidas cajas de espuma de las hamburguesas, de la comida para llevar, o los famosos vasos de plástico para el café de un solo uso… Pues si pasa todo esto, es el momento de revisar algo tan sencillo como el uso de productos de plástico en tu casa, y el hecho de eliminar el suavizante de tu cesta de la compra puede ser tu primer gran paso hacia un mundo más sostenible.

Pensarás, ¿cómo voy a eliminar el suavizante, con lo suave que queda mi ropa? ¿Seguro? ¿Este es mi gran paso? Sí, y te contamos por qué.

Tu ropa seguirá igual: prueba unos días a dejar de lavar la ropa con suavizante, puede que al principio pienses que está más compacta, pero una vez planchada… nada de nada.

Mejorará el olor de tu detergente: si compras detergente con olor, suavizante con olor, y luego incluso planchas con un agua con aroma… ¿a qué huele tu ropa? A todo y a nada. Añadiendo solamente un único producto, un buen producto, tu ropa olerá a detergente, a un buen jabón, al aroma que hayas elegido, pero no tendrá mezcla.

Ahorrarás: un detalle clave cuando buscas, por ejemplo, dar un paso para gastar algo menos y no sabes dónde. Desde los 2 a los 5 euros puedes encontrar diferentes marcas de suavizante, siempre con ofertas. Te habrás fijado que todos cuentan con 20 lavados, 56 lavados, 112 lavados… Y nunca cumplen. Porque si quieres que tu ropa huela a tu suavizante echas más. Porque igual te pasas un día y cuenta con 2.3 dosis. Porque nunca encuentras el perfume que quieres… Haz la prueba, apunta cuántos lavados puedes hacer con tu suavizante, cuál es la medida que ellos marcan como ‘dosis’ y mira cuánto te duran a ti. Las cifras no cuadran, y el ahorro en unos meses lo vas a notar.

Vas a proteger tu piel: cuando vas a tener un bebé miras muy mucho cómo será el suavizante, hay algunos incluso específicos, más cuidadosos con la recién estrenada piel del nuevo miembro de la familia. Pero una vez que pasa el primer año, o incluso antes… todos utilizamos los mismos productos, llenos de químicos por supuesto, y que pueden derivar en alergias y enfermedades que podías desconocer, desde las intolerancias a los tóxicos, o alergias a los perfumes, el llamado síndrome químico múltiple, y puede empezar por alguno de los componentes, como:

-alfa-terpineol, que suaviza las telas

-acetato de bencilo, da fragancia a los suavizantes

-alcohol bencílico, muy común en perfumería

-cloroformo, que también actúa como aromatizante

-acetato de etilo, otro aromatizante

-terpinoleno, presente también en los suavizantes

Todos estos componentes, y otros, contaminan no sólo el agua, sino nuestro organismo, ya que pueden llegar a producir jaquecas, náuseas, fallos renales, irritación de ojos, nariz, piel, anemia, trastornos cardíacos, mareos, cáncer de páncreas, depresión, hipotermia, ataxia…

Muchos de los suavizantes además crean una película en la ropa que evita que salgan todas las manchas, además de evitar sobre todo la electricidad estática.

Evitarás otro envase de plástico para el medio ambiente: en un mundo donde 12 millones de toneladas de plástico llegan a los océanos cada año, según Greenpeace, un pequeño gesto como dejar de comprar suavizante, es casi una revolución. Empiezas por tu salud, continuas por tu bolsillo, y además proteges el medio ambiente.

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