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POSICIÓN FILOSÓFICA, POLÍTICA Y DEMOGRÁFICA

Antinatalismo: La tendencia de las personas que no quieren tener hijos

A pesar de que el hecho de no querer hijos no merece explicación ninguna, es natural preguntarse por qué existe gente que opta por tomar decisiones a lo que parece ser la norma.

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No son pocas las personas que sueñan con formar una familia algún día. Esto es algo que muchas parejas se replantean en algún momento de sus vidas, buscando puntos a favor o en contra para dar o no el paso. Pero si bien hay quienes se lanzan a la aventura y empiezan una nueva etapa en su vida, también hay quienes no desean tener descendencia.

A pesar de que el hecho de no querer hijos no merece explicación ninguna, es completamente natural preguntarse por qué existe gente que opta por tomar decisiones a lo que parece ser la “norma” social. Esta elección no te convierte en alguien a quien señalar, sino todo lo contrario: una persona que hace lo correcto para sí mismo es lo mejor para el resto del mundo.

Sin embargo, hay quienes llevan esta decisión al extremo: personas que no quieren procrear pero que tampoco quieren que otros lo hagan. ¿El motivo? El cambio climático.

Esta posición filosófica, política y demográfica se la conoce como antinatalismo, y se atribuye directamente a las consecuencias medioambientales que supone tener hijos. Los antinatalistas creen que tener hijos es un acto moralmente incorrecto, argumentando que los seres humanos somos un peligro tanto para el planeta como para los animales y, por consiguiente, es un error crear más de ellos.

Pies de bebé
Pies de bebé | Envato

¿Qué significa “antinatalismo”? ¿Cuántos tipos existen?

La palabra “antinatalismo”, como bien habrás deducido, está formada por el prefijo anti, cuyo origen griego significa “en frente de, contra, en vez de” y natalis, del latín en referencia a “nacimiento” u “origen”. Dicho en pocas palabras, Antinatalismo significa “estar en contra del nacimiento”, y es una corriente muy presente en el siglo XXI.

Existen dos tipos de antinatalismo. Por un lado encontramos una perspectiva radical de personas que creen fervientemente que nadie debería prever esta suerte, y por otro una corriente demográfica. Esta última se opone al nacimiento en casos particulares o bajo ciertas circunstancias, ya que existiría una “dimensión demográfica del sufrimiento” (como por ejemplo el hambre, la violencia…) que aumenta o disminuye en virtud del tamaño de la población.

Cambio climático
Cambio climático | Envato

¿Cuáles son los argumentos que llevan a los antinatalistas a no querer tener hijos?

Generalmente, cuando pensamos en algunas soluciones contra el cambio climático, lo primero que se nos viene a la cabeza es la reducción de combustibles fósiles, ahorrar electricidad, cambios en los medios de transporte, reciclar o controlar el consumo de agua, por nombrar algunos ejemplos. No obstante, un aspecto que a menudo pasa desapercibido es el impacto de la superpoblación en el medio ambiente.

La superpoblación es el resurgimiento del antinatalismo. Se trata de un movimiento social que surge en consecuencia a la crisis climática, y es una noción mucho más presente de lo que creemos, sobre todo en redes sociales.

En definitiva, los antinatalistas son millones de personas preocupadas por dar a luz a niños en un mundo que está constantemente amenazado por las calamidades meteorológicas, las limitaciones de recursos y la invasión de hábitats naturales.

Pareja delante de un test de embarazo
Pareja delante de un test de embarazo | Envato

¿Por qué hay un aumento de personas que no quieren tener hijos?

Uno de los motivos por los que las personas deciden no tener hijos tiene mucho que ver con el antinatalismo, pero existen otras razones por las que han disminuido las tasas de natalidad en comparación al siglo pasado. Dos de ellas tienen que ver con el empoderamiento de la mujer y su educación, la cual según uno de los portales de educación y formación profesional, ha mejorado en las dos últimas décadas a nivel mundial “con más de 180 millones más en la Educación Primaria y Secundaria desde 1995”.

Por otro lado, también cabe destacar todas las dificultades para introducir la paternidad en el estilo de vida actual y las exigencias del día a día. Los grados superiores, las carreras universitarias y cualquier otro ciclo formativo están entre las máximas preocupaciones de las personas para asegurarse un futuro laboral. A todo ello sería necesario sumarle la necesidad de trabajar: muchas personas buscan un puesto que garantice estabilidad.

Finalmente, cabe mencionar el costo de la crianza de los niños, un factor importante a la hora de decidir si tener hijos o no, ya que para muchas parejas supone un “gasto” que no pueden asumir económicamente.

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