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¡Evita esas meteduras de pata!

7 razones por las que siempre quedas mal delante del chico que te gusta

Por fin tienes ese momento a solas con el chico que te gusta en la fiesta de tu amiga. Es tu oportunidad para usar esa única bala que llevas tanto tiempo guardando. Está tan guapo con esa camisa blanca... Pero en lugar de decírselo, te acercas y bromeas con esa mancha de kétchup que se le ha quedado en el pecho. “Si entornas así los ojos parece el logotipo de Ralph Lauren”. Y te arrepientes en el acto de haber dicho semejante estupidez. ¿En serio? ¡¿Qué narices me pasa?!En serio, ¿otra vez?

Chica avergonzada

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Cada vez que hablas con él te burlas de su equipo que ha perdido tres partidos seguidos o le dices que come como un bicho raro. Salvo que quieras que ese ‘bicho raro’ desaparezca, vas mal (muy mal) por ese camino. Las burlas forman parte del enamoramiento y, siempre que no rocen el acoso, pueden ser una buena forma de conocerse. El problema es la fina línea que separa la broma sin malicia de la mofa cruel, y a veces es difícil no meter la pata. Si quieres parar de hacer el ridículo y dejar de soltar bufidos sin filtros cada vez que estás cerca de él, primero has de saber la razón de este comportamiento tan habitual.

1. Ayuda a aliviar la tensión romántica

Si no eres una persona seria ni intensa, la idea de ser honesta desde el principio con tus más profundos sentimientos de amor puede hacerte permanecer a salvo en el lado de la broma constante. Es una especie de escudo. Las relaciones son mucho más aterradoras de lo que solemos admitir. Nos abrimos voluntariamente y en canal a la vulnerabilidad y saltamos al vacío de las emociones sin paracaídas. Sólo los sociópatas abordan las nuevas relaciones con un 110% de confianza. Al resto de nosotros nos puede el miedo a ser rechazados y hacer bromas o contar chistes es una forma de calmar la tensión romántica. Lo principal para que la otra persona no se sienta ridiculizada es asegurarse de que la burla es recíproca. Para ganarte el derecho a vacilar al chico que te mola tienes que estar dispuesta a reírte de ti misma. Si no no vale.

2. Suaviza el golpe si te rechazan

Si tu enamoramiento no se ve correspondido, mantener el ‘buenrrollismo’ de la broma puede ayudaros a seguir siendo amigos en el futuro. Lo más importante en este punto es evitar estar bromeando todo el tiempo porque si te escondes constantemente detrás del humor tus palabras dejarán de sonar sinceras. ¿Recuerdas el cuento de Pedro y el lobo? Pues no queremos que al final te coma el bicho.

3. Demuestra que te sientes cómoda con él

Está comprobado que no puedes burlarte de alguien que te intimida, pues no sabes cómo va a reaccionar. Alguien demasiado cerrado puede tomarse la broma más pequeña como un ataque altamente ofensivo, y esa es la razón por la que probablemente esta personas no pueda nunca ser amigo cercano. No puedes ser tú misma si él está delante. Para la mayoría de la gente, burlarse de los amigos es una forma de demostrar que los aprecian como personas y que se sienten seguros a su alrededor. La broma es un medio para expresar afecto y cercanía indirectamente.

4. Revela si vuestra conexión es precisamente el sentido del humor

Bromear tiende a ser un rasgo de personalidad: algunas personas se sienten naturalmente atraídas por el sentido del humor. Si bien el humor es subjetivo, si estás pensando en salir con el chico que te gusta, probablemente quieras asegurarte de ser compatibles en las maneras de demostrar afecto. Si eres una muy vacilona y tu ‘amor platónico’ se ofende por todo lo que dices, puede que iniciar una relación no sea una buena idea. Dos más dos, cuatro.

Chica que calla
Chica que calla | iStock

5. Ayuda a construir una amistad más allá de la química física

Soñadores Disney y amantes del cine romántico, esto no va a gustaros. La pasión desenfrenada entre dos personas se representa a menudo en las películas como “amor verdadero”, y lo cierto es que esta atracción física no es una emoción duradera. A veces ni siquiera saludable. Hay que tener presente que tarde o temprano la luna de miel se desvanece y hay que aprender a disfrutar de estar con la otra persona cuando el sexo maratónico llegue a su fin. El amor es una cosa más profunda. Muchas personas comienzan relaciones por dos razones opuestas: sentirse reafirmado y mostrar un control de la realidad, ser elevado a los altares y a la vez bajado al mundo real. Llegar a ser los mejores amigos en una relación es lo que la hace perdurar ese estado, y reírse y tomarse la vida con filosofía siempre ayuda. Las bromas pueden ser una forma de asentarse poco a poco desde la fantasía del enamoramiento a la realidad del día a día de una relación seria.

6. Es una forma indirecta de decir "hola, te acepto"

Si es obvio que estás bromeando, lo dice tu lenguaje corporal, señalar una peculiaridad en otra persona demuestra que te gusta por lo que realmente es. Que eres capaz de ver sus defectos y aún así eliges quedarte. Las bromas pueden ser también un mensaje indirecto positivo para decirle a alguien que te gusta tal y como es.

7. Si no eres gili***, te enseña a saber cuándo has ido demasiado lejos

Por desgracia, si te burlas demasiado de él, probablemente llegues a un punto delicado tarde o temprano. Todas las personas bromistas lo hacen. Una relación puede tornarse incómoda si siempre temes herir los sentimientos de los demás: la clave es aprender a pedir perdón como un adulto. Hay todo tipo de señales que te avisan de que has cruzado la línea. El primero, ver que la otra persona no se relaja sino que su cara experimenta serios cambios entre la risa y la seriedad, tal vez con microexpresiones de miedo o enfado. La cara es el espejo del alma. Permanece atenta a todos sus gestos para evitar que burla le toque un nervio. A partir de aquí entra en juego el sentido común. Si acabas de conocer a ese chico, opta por bromear con su acento y no con su familia. Y relájate. Es imposible predecir de antemano lo que puede molestar a una persona, pero tener buenas intenciones y saber disculparse llegado el momento son cualidades a tener en cuenta.

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